Hace tiempo, Esperon advirtió sobre la presencia de cinco millones de cabezas de ganado en la región. Ahora, se presenta un escenario bastante complejo.
«La mayoría de los campos son bajos y todavía se sigue sacando vacas de cría, novillos y todo lo que hay en el delta», narró Esperon. La productora también mencionó un «combo bastante interesante» que ha surgido debido a la baja oferta de campo forrajero en la zona. «Básicamente se sabía que se venía el agua, pero no hay oferta de campo. O era venta a faena total o aguantar hasta ahora, pero lamentablemente se ha evacuado la mayoría de los campos», explicó.
La mayoría del ganado está siendo trasladado a la provincia de Buenos Aires. «Descargamos en el puerto de San Nicolás hacia el norte de Santa Fe, teniendo varios destinos. Estamos sacando todo de lo que es el delta entrerriano», comentó.
A pesar de que el pronóstico es de bajante, Esperon señaló que hay mucha agua. «Tranquilamente con el barco se puede atravesar campos. Es bajante pero muy paulatino debido a las sudestadas», indicó. Vale mencionar que actualmente, el puerto de San Nicolás tiene una altura de 3,73 metros en bajante.
Por otro lado, ha manifestado su compromiso con la producción ganadera sostenible y la preservación del medio ambiente. En un esfuerzo por encontrar un equilibrio entre la producción y la conservación, Esperon ha adoptado la ganadería de pastura natural como enfoque principal en sus operaciones.
La ganadería de pastura natural se basa en la alimentación del ganado con pasto y forraje natural, evitando la dependencia de alimentos procesados o de origen intensivo en recursos. Esta práctica no solo promueve la salud y el bienestar del ganado, sino que también contribuye a la preservación de los ecosistemas locales.
Asimismo, subrayó la importancia de trabajar en armonía con el medio ambiente y ha implementado diversas medidas para minimizar el impacto ambiental de sus actividades ganaderas. Estas medidas incluyen la gestión responsable de los recursos hídricos, la protección de las áreas de humedales y la adopción de prácticas de manejo del suelo que promueven la salud del ecosistema.
«Es posible producir de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente», afirmó. Y añadió: «Nuestra meta es lograr un equilibrio entre la producción ganadera y la conservación de los recursos naturales para las generaciones futuras».
Cabe resaltar que la iniciativa de Esperon ha sido bien recibida por la comunidad local y ha servido como ejemplo para otros ganaderos que buscan adoptar prácticas más sostenibles. Su compromiso con la ganadería de pastura natural y la preservación del medio ambiente demuestra que es posible lograr un desarrollo ganadero responsable y respetuoso con la naturaleza.