La ofensiva de Patricia Bullrich contra los piquetes, una decisión política de alto riesgo en una Argentina pendular

La ministra anunció fuertes restricciones a las manifestaciones con el objetivo de recuperar el orden en las calles. Ya lo había intentado en 2016. Las reacciones y los peligros de las políticas de shock. Gobernadores vs Caputo y recuerdos del patacón

La receta, en el fondo, es la misma: una política de shock. La decisión de la ministra Patricia Bullrich de establecer un rígido protocolo para regular las protestas sociales y garantizar el libre tránsito se inscribió en la misma lógica que instauró Javier Milei apenas asumió la Presidencia de la Nacional. La ofensiva contra los piquetes coincidió con otras medidas que el gobierno libertario tomó desde el mismo domingo del traspaso de mando.

En apenas seis días corridos, Milei borró la mitad de los Ministerios que tenía la gestión kirchnerista, subió el precio del dólar más del 100%, eliminó los controles de precios y le soltó la correa a las naftas y otros mercados que el gobierno pasado intentó sin éxito tener “pisados”. Rompió con los socios internacionales de la administración anterior, como Luiz Inacio Lula Da Silva, repudió los coqueteos con los dictadores Putin Maduro y puso en el escenario de su discurso inaugural al ucraniano Volodomir Zelensky, al brasileño Jair Bolsonaro, y al español Santiago Abascal, líder de Vox, el mayor enemigo de Pedro Sánchez, el actual presidente del gobierno español. Y tuvo un contacto a solas con el canciller Eli Cohen, enviado del premier israelí Benjamin Netanyahu.

En ese registro pendular -de ir un de un extremo al otro- y a casi tres décadas de tolerancia absoluta a los piquetes, Bullrich volvió a anunciar un protocolo con medidas estrictas para erradicar los cortes de calles. No es la primera vez: en el mismo cargo pero en febrero de 2016 y en el inicio del gobierno de Mauricio Macri, anunció un régimen similar que, por impracticable, quedó en desuso. Hay diferencias entre ambos momentos, aparte de los casi 8 años que pasaron entre uno y otro: la sociedad argentina está agotada del caos, reclama orden y hay un presidente dispuesto a tomar medidas impopulares y asumir los riesgos.

El nuevo protocolo fue anunciado de cara a la marcha que está anunciada para el próximo miércoles en memoria de las víctimas del 19 y 20 de diciembre, los días de anarquía previos a la caída de Fernando De la Rúa. Los que motorizan esas manifestaciones son piqueteros de ultraizquierda, que hasta la conferencia de Bullrich no lograban convencer a otros movimientos sociales identificados con el peronismo de marchar juntos.