Chicos pintaron un mural del film Avatar en una escuela para ayudar al cuidado del planeta

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A veces, las películas de ciencia ficción anticipan una problemática que termina siendo real. Otras, permiten interpretar un contexto que ayude a concientizar sobre algunos aspectos. Así, los chicos de la Escuela Abierta en Verano que funciona en la Escuela Primaria Nº 3 del barrio Sauce Grande, en Monte Hermoso, trasladaron al mural el argumento de un film en pos de la conexión del ser humano con el planeta Tierra y la necesidad de protegerlo, con el que el cineasta James Cameron logró impactar a través de Avatar, su creación fílmica en 3D.

La directora de la escuela y maestra de grado, Carina Gómez, apeló a este film como recurso pedagógico para que los chicos aprendieran a resguardar el medio ambiente. De este modo, los alumnos, de 2 a 14 años, reprodujeron el mensaje de la película expresando la comunicación con su planeta y con ellos mismos.

Así como en Avatar las flores gigantes se abrían entre los espectadores que miraban sorprendidos ese mundo en tres dimensiones, los chicos de Monte Hermoso buscaron atrapar a su público con vivos colores y diferentes técnicas entre las que incluyeron acrílicos, esponjado y pintura dactilar empleada por los más pequeños.

El mural consiste en una hilera de sus propias figuras conectadas con trazos con un planeta gigante ubicado en el medio. Lograron dibujarse utilizando su propio cuerpo, parándose uno al lado del otro y marcándose los unos a los otros.

Para que la duración de tres horas de la película no resultara excesiva para los alumnos, la trabajaron en tramos de media hora, realizando una síntesis e interpretación del contenido por etapas. La docente explica que «al ser un proyecto de escuela de verano tratamos de trabajar con el medio ambiente y el arte y tratar de unir todo en una sola producción».

Ambientada en el año 2154, los acontecimientos de Avatar se desarrollan en Pandora, una luna del planeta Polifemo habitada por la raza humanoide  na’vi, con la que los humanos se encuentran en conflicto porque uno de sus clanes se asienta alrededor de un gigantesco árbol que cubre la veta de un mineral que supone la solución a los problemas energéticos de la Tierra: el unobtainium

Aquel ámbito es reemplazado por el de Monte Hermoso, donde los chicos se suman al mismo argumento: el de la protección del planeta. «Cuidarlo de nosotros mismos, de la tala, la contaminación, la basura. A partir de esa interpretación se dibujan ellos mismos como protectores de la tierra vinculándose a alguna de las partes que desean proteger; puede ser el agua o la tierra y entonces en el mural se dibujan conectados a esa parte que ellos protegen», puntualiza Carina.

 

Al igual que aquellos habitantes de Pandora, los chicos de Monte Hermoso buscan relacionarse con la fauna y la flora, entrelazándose con los medios naturales. Es así como Gonzalo, de 10 años, coincide con la protagonista del film en que «todos somos bebés que no logramos cómo tratar a nuestra tierra y cómo tratar a nuestros animales».

«Esto es lo que se enseña en las escuelas, el trabajo con la comunidad para tratar de que todos sean comunicadores y que enseñen en sus casas esta nueva forma de vivir con la consigna de preservar y cuidar el medio ambiente», reflexiona Carina Gómez.