Consecuencias que padece una niña de cuatro años tras el uso prolongado del celular


Los padres decidieron compartir la historia para «alertar a otros sobre la luz que generan las pantallas»

Dachar Nuysticker Chuayduang, el padre, contó en las redes sociales una dolorosa historia sobre lo que le pasó a su hija por utilizaba el celular inteligente por demasiado tiempo, y esta adicción a la pantalla le trajo unos terribles efectos secundarios.

En su publicación de Facebook, Dachar explicó que su hija comenzó a utilizar el celular desde los 2 años y que la niña se volvió, literalmente, adicta a los dispositivos y lloraba cuando se lo quitaban.

El padre comenzó a darle a la niña su teléfono móvil para jugar como una forma de mantenerla ocupada mientras él trabajaba.

Pronto empezaron a surgirle a la pequeña problemas de salud, pero él no los relacionó inmediatamente con el uso excesivo de su dispositivo.

Comenzó teniendo problemas oculares y a partir de ese momento tuvo que usar anteojos.

Luego su vista se degeneró gradualmente, y a la edad de 4 años la niña tuvo que someterse a una cirugía porque su visión había empeorado, y le diagnosticaron con ambliopía.

Después de la cirugía los doctores advirtieron que la niña no debía acercarse a ninguna pantalla digital, pues la luz de estos dispositivos fue lo que causó su pérdida de visión.

Finalmente, el padre de la pequeña descubrió que el uso prolongado e incontrolado de su aparato era el culpable de la enfermedad, y que el uso excesivo de teléfonos inteligentes por parte de los niños puede tener graves consecuencias para su salud.

Ver las pantallas de los teléfonos inteligentes durante largos períodos de tiempo aumenta el riesgo de afecciones oculares como la miopía y la fatiga ocular.


El uso de uno de estos aparatos inteligentes durante demasiado tiempo puede afectar el bienestar físico, mental y emocional de un niño de diversas maneras.

Los niños pueden experimentar menos sueño y asimismo afecta su concentración. Esto lleva a un ciclo de sueño poco saludable ya que los niños duermen más durante el día y menos durante la noche. De hecho, por cada 15 minutos que el niño usa un dispositivo inteligente, pierde 60 minutos de sueño.

La doctora Rawat Sichangsirikarn, profesora asociada de pediatría en Bangkok, explicó que los teléfonos móviles aunque pasaron a ser parte de nuestra vida cotidiana y pueden beneficiar tanto a jóvenes como a los mayores en la obtención de nueva información y en la comunicación rápida, pero también son un arma de doble filo debido a los efectos secundarios perjudiciales.

Fuente: La Gran Época