La queja trasciende en la previa de la cumbre del radicalismo en Villa Giardino, donde delinearán la estrategia electoral del partido y seguramente se escucharán reclamos a Macri para que les dé más lugar en la toma de decisiones del Gobierno.
Pero el reclamo radical empezó durante el asado con el que Macri los agasajó semanas atrás en Olivos. Alfredo Cornejo, Gerardo Morales y Ricardo Colombi llegaron a la quinta presidencial con una carpeta en la que se detallaba todo la plata en obras y fondos que Nación le está girando a las provincias peronistas.
El que más hincapié hizo en el contenido de la carpeta fue el gobernador de Corrientes, que como reveló LPO estaba furioso con Macri y Rogelio Frigerio por la candidatura de Antonio Tarragó Ros a la gobernación, finalmente descartada por la Rosada tras la airada queja de Colombi.
Los radicales atacaron duro la estrategia de tejer buenos lazos con los gobernadores peronistas sin pedir demasiado a cambio. Remarcaron que eso está debilitando al radicalismo en esos distritos en el año electoral, en el que los mandatarios capitalizan las obras y ni siquiera le dan crédito a Presidencia, según señalaron. «Son los que después te van a venir a buscar», dramatizó uno de los correligionarios.
Se trata de una visión parecida a la que plantea Emilio Monzó, aunque el presidente de la Cámara de Diputados no plantea que hay que cortarle el flujo de fondos a los gobernadores peronistas sino que hay que negociar para sumarlos al espacio político de Macri. Es lo que en algún momento deslizó Frigerio que se podía hacer con Juan Schiaretti, pero los radicales estallaron y todo quedó en la nada.
Hasta ahora Macri ha evitado responder al reclamo radical. Cuando le acercaron la carpeta en la reunión de Olivos, no contestó. Es que el Presidente necesita sí o sí mantener los buenos vínculos con los peronistas para poder sobrevivir en el Congreso, sin contar que sería alocado cortarle los fondos a 16 provincias.