Auténticos e inolvidables personajes de nuestra historia chivilcoyana

Don Francisco Musitani

Auténtico e inolvidable personaje de nuestra historia chivilcoyana, falleció el 11 de enero de 1983.

Fue todo una expresiva figura y un símbolo popular, en el seno de la comunidad y el vecindario.

Recorrió las calles en bicicleta, vestido impecablemente, de blanco.

Amaba el color verde, y bautizó su casa con el nombre de “La Verdepura”.

El 11 de enero de 1983 – han transcurrido ya, cuarenta años -, dejó de existir, en nuestra ciudad, a una avanzada edad, ya nonagenario, Don Francisco Musitani, todo un típico, genuino y popularizado personaje, en la historia de Chivilcoy, quien se caracterizó, merced a su particular caballerosidad, su trato correcto y afable, su espíritu excéntrico y, sus insólitas y memorables extravagancias; ganándose a lo largo de un activo y permanente tránsito por las calles pueblerinas, con su impecable atuendo o vestimenta, de color blanco, y su pintoresca bicicleta, llena de timbres y cornetas, de los más diversos sonidos, el respeto y el más sincero afecto del vecindario, y despertando, además, la curiosidad, la atracción y el asombro de toda la comunidad.

Había nacido en Cosenza (Italia), en 1888, y arribó a Chivilcoy, hacia 1896, afincándose aquí, en nuestro medio, donde supo desplegar y desarrollar, una entusiasta y sostenida actividad. Cuando joven, en una jardinera, junto a una vitrola o fonógrafo, y una buena cantidad de placas discográficas, solía recorren las quintas y chacras, de la zona geográfica rural, para ofrecer sus servicios, y animar y amenizar casamientos, cumpleaños, aniversarios familiares y reuniones danzantes y sociales, con la difusión de tantos temas, de índole musical, que se propalaban a través de su aparato. Después, se dedicó a la publicidad – fue un pionero o precursor, en dicho rubro -, y a distintos negocios y operaciones de carácter inmobiliario, logrando así, una digna y aceptable posición económica.

Apasionado y fervoroso amante del color verde, a su propia casa, la bautizó “La Verdepura”; pintó de ese mismo matiz, su inconfundible bicicleta y, también, brindó algunas charlas o conferencias, en las cuales, alertaba al auditorio, acerca de los riesgos y peligros de las pelusas, en las bolsas de harina, y la consiguiente contaminación de los respectivos productos de panadería.

En el plano familiar, hubo de contraer matrimonio con Lucía Porreca, y de esa unión, vieron la luz cuatro hijos: un varón y tres mujeres.

El gran escritor Julio Florencio Cortázar (1914 – 1984), quien residió en Chivilcoy, desde agosto de 1939, hasta el mes de julio de 1944, ejerciendo la enseñanza, en las aulas de la Escuela Normal “Domingo Faustino Sarmiento”, conoció a Don Francisco Musitani, y al cabo del tiempo y de muchos años, lo recordó en su libro “La vuelta al día en ochenta mundos” – editado en 1967 -, en el capítulo titulado “Los piantados y los idos”. La evocación, pues, de un imborrable personaje chivilcoyano, Don Francisco Musitani, una figura del mundo vecinal y callejero, difícil de olvidar…

A lo lejos, recuerdo si figura, / – pintoresca presencia inconfundible -; / su mirada serena y apacible, / su impresión de bondad y de ternura. / A lo lejos, recuerdo su blancura, / su interior tan romántico y sensible; / su manera de ser, casi increíble, / y su casa llamada “Verdepura”. / Aún recuerdo su antigua bicicleta, / el manubrio y el son de la corneta, / y su imagen de ayer, en cada esquina… / Musitani: leyenda y personaje, / que ya es parte del alma y el paisaje, / de la típica historia pueblerina.

Procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano. Germán Carlos Nicolini, máster en P. C. e Informática, secretario del Archivo Literario Municipal.