El crimen de “Diosito”y 5 kilos de cocaína: la trama detrás de la detención de los narcopolicías

Un bicicletero elaboró un plan para robar droga a un narco que opera en la zona de General Rodríguez, Francisco Álvarez y Moreno. Fue asesinado por sicarios sin tocar el cargamento, que fue interceptado por los efectivos.

El15 de febrero, cerca de las once de la noche, se escucharon gritos de mujer en Villa Arrarás de General Rodríguez. A ningún vecino de la calle Galán de Malta inquietó el pedido de auxilio. Estaban acostumbrados a oír frecuentes peleas de la pareja que alquilaba una casa en el barrio. Pero esta vez, era diferente. Ese día, escucharon una serie de disparos.

José “Diosito” Gutiérrez dormía cuando dos encapuchados irrumpieron en su habitación y lo arrodillaron en el suelo. Armados, exigían saber dónde estaban los 5 kilos de “merca”. Encerraron a su esposa y a sus dos hijos en el baño y lo llevaron al patio. Le advirtieron: ”Le robaste a alguien muy pesado”.

No hubo respuesta. “Diosito” no la tenía. De los cinco tiros que efectuaron, al menos uno dio en el blanco. Herido en el pecho, se arrastró hacia la casa de un vecino, donde dejó, finalmente, de respirar.

El homicidio por el encargo del bicicletero dio comienzo a la investigación de Gabriela Urrutia, con la intervención de Walter Velázquez y Ezequiel Freydier. La causa desencadenó en la detención de nueve efectivos de la Policía bonaerense. El caso promete escalar con la apertura de los 13 celulares incautados en los allanamientos coordinados entre esa fuerza de seguridad y la Federal.

Sobre todo, porque dos de los teléfonos secuestrados estaban escondidos. Los detectives, que contaron con la colaboración de la PROCUNAR, creen que podrían encontrar información valiosa en esos aparatos, indicaron a TN.

En tanto, los agentes apresados -entre ellos, Gabriela Noemí Ibarra, jefa del Gabinete de Investigación anti-drogas de la DDI e hija del renunciado secretario de seguridad, se negaron a declarar. Solo uno de ellos aceptó hablar pero solo negó su participación y no accedió a responder las preguntas de los fiscales sobre la trama narco en la que están involucrados.

La “mejicaneada” de 5 kilos de cocaína que expuso a los narcopolicías

No el crimen de “Diosito” el inicio de la historia. Sí lo fue el robo de 5 kilos de cocaína, distribuidos en ladrillos y valuados en 25 mil dólares, a un narco de la zona, segundo en la cadena de mando de una importante organización.

El bicicletero, en realidad dedicado a la toma de tierras y comercialización de drogas, conocía todos los movimientos del jefe y orquestó junto a otras personas un plan para “mejicanearlo”. Según la investigación, armaron una “operación de compra ficcionada” con el solo fin de sustraer la cocaína.

A través de intermediarios, la víctima – que atravesaba dificultades económicas- logró pactar, para el 10 de febrero, un encuentro en Francisco Álvarez, dónde se haría la entrega. En el camino, el narco apuntado fue interceptado por un operativo policial cuando trasladaba cinco ladrillos de cocaína en su camioneta utilitaria.

Los ingenieros de la emboscada creyeron que la intervención de policías de la seccional 6 de Moreno les garantizaría impunidad. El objetivo era disfrazar la pérdida de la droga como consecuencia de una investigación y no de un plan para repartirse el botín sin invertir un peso.

Los roles de los policías detenidos en el robo de 5 kilos de cocaína a un narco

De acuerdo al expediente, fue el mayor Ángel Rufino Morales el encargado de entregarle, en cercanías a la comisaría, una parte de lo robado: se estima que fueron unos dos kilos y medio de los cinco secuestrados en el falso procedimiento.

Ese no fue el fin de la intensa trama narco. Minutos más tarde, Leonardo Fabián Biotti, Juan Eduardo Viera, Sebastián Eduardo Perin, el capitán Ramón Abel Acosta y Alexis Romero, todos del Gabinete de Drogas Ilícitas de la DDI de Moreno – General Rodríguez, interceptaron a los dos hombres y los amenazaron en uniforme.

Así, los narcos que llevaban los dos kilos y medio fueron detenidos y trasladados a la sede policial, donde elaboraron un parte falso que generó una IPP en la Fiscalía N°12. En ese punto, según los detectives, los efectivos contaron con la connivencia de Ibarra.

De la cocaína secuestrada, solo se usó una mínima porción para pesaje y reactivos que justifiquen el procedimiento en la Justicia.

“Diosito”, que nunca tocó un gramo del cargamento robado, no tuvo posibilidades de sobrevivir al ajuste de cuentas ordenado por el dueño de la droga.

En las últimas horas, los allegados del bicicletero habían notado cómo su preocupación financiera se había tornado en el sentimiento de terror que lo acompañó hasta el final.

Informe: tn.com.ar