Jóvenes y asintomáticos, el nuevo perfil de contagiados en España

Empujados por las vacaciones, las fiestas y la falta de rastreadores la nueva ola de contagios crece en España.

España se encuentra a la cola de Europa en realizar test PCR a la población y en el volumen de rastreadores empleado en las distintas comunidades para vigilar a los contagiados y a su círculo más cercano. Según los informes que publica Our World in Data, de la Universidad de Oxford, España hace un 77% menos de pruebas que la media europea, que se ubica en 161 test por cada nuevo caso registrado. España baja ese número a 38 test por cada caso registrado.

Estas cifras rivalizan con las anunciadas por el Ministerio de Sanidad, que anunció 2,05 millones de test rápidos hechos desde el pasado 16 de julio. La cartera de Salvador Illa sostuvo que las comunidades han realizado 2,05 millones de test rápidos, lo que suponen 6,3 millones de pruebas (un 13% de la población). Sin embargo, los expertos consultados por LPO sostienen que esto podría «no ser del todo verdad», ya que a los positivos se les realizan varias pruebas hasta que el virus ha desaparecido del cuerpo y esta repetición de test sobre un mismo individuo distorsiona la equiparación de test y pacientes.

Otro dato del estudio que deja mal parada a España en el número de rastreadores empleados para seguir la trazabilidad del virus. Alcaldes como Ada Colau de Barcelona o Jorge Azcón de Zaragoza, solicitaron días atrás más rastreadores a Sanidad, advirtiendo que no estaban en condiciones de asegurar el seguimiento de los contactos estrechos de los casos activos ante el aumento de rebrotes de estas últimas semanas. Dicho y hecho. Cataluña perdió el rastro del virus en algunas localidades y lo mismo ocurrió en Zaragoza, donde el número de casos no ha dejado de aumentar en los últimos días.

Según los datos aportados por las distintas consejerías de Sanidad, España contaría con 11.265 rastreadores repartidos por todo el territorio. Según los expertos epidemiológicos, la cifra adecuada para poder realizar un control óptimo es contar con un rastreador por cada 5.500 habitantes. Partiendo de esta premisa, la mayoría de comunidades incumplirían el criterio dado. Hasta el momento, Ciudadanos ha sido el único partido preocupado que ya registró una pregunta en el Congreso para conocer por escrito los planes del Ejecutivo para incrementar el número de rastreadores.


Los nuevos rebrotes y la enfermedad que provoca, el Covid-19, han dejado por el momento 28.426 muertos y más de 267.500 contagiados en España. El país vive en la llamada nueva normalidad pendiente de los 224 focos activos que hay en todas las comunidades autónomas. Preocupan especialmente los brotes detectados en Lleida, Barcelona y Aragón, donde las autoridades han pedido a los ciudadanos limitar sus movimientos a lo estrictamente necesario.

La nueva «normalidad» que transita España implica convivir con 224 focos activos, con Lleida, Barcelona y Aragón pidiendo a sus ciudadanos volver a limitar sus movimientos a lo indispensable. 

En esa suerte de segunda ola del virus, el nuevo perfil del contagiado es joven y asintomático. Las vacaciones de verano y el desobedecer las medidas de seguridad sanitarias han sido el motivo por el que desde Sanidad alertan de estos casos. Uno de cada cuatro contagiados con el coronavirus es menor de 30 años y el 55 por ciento de los diagnosticados se muestran asintomáticos. Es lo que se desprende el informe del Instituto de Salud Carlos III que analiza el perfil de los más de 25.000 casos que se han registrado desde el 10 de mayo, cuando se inició la desescalada, hasta el pasado 17 de julio.

La tendencia se acentúa en la primera semana de julio, cuando los menores de 30 llegan a sumar el 33% de los casi 4.500 nuevos diagnosticados de esa semana. Y por el contrario, los mayores de 80 años -que habían representado el 24% de los contagios durante el pico de la pandemia y el 12% desde la desescalada- no alcanzan ni el 5% de todos los nuevos diagnosticados. Lo mismo sucede entre los que tienen entre 60 y 79 años, siendo el segundo colectivo más afectado durante la pandemia con casi un 28% a representar el 12% de los afectados durante la última semana de julio.

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