El impuesto PAIS, el único ingreso tributario que crece en la cuarentena

En junio sumó $47.000 millones y llegó a representar el 10% de lo que recauda el IVA gracias a récord en las compras de divisas.

Mientras todos los impuestos muestran variaciones interanuales negativas, hay un tributo que se distingue y no para de crecer. El impuesto PAÍS o el 30% del dólar solidario llegó en el mes de junio a recaudar $14.116 millones, 18,6% más que en marzo.

El volumen recaudado en el mes es el equivalente al 10% de lo que se sumó el IVA ($141.482 millones) y prácticamente lo mismo que los derechos de importación ($14.877 millones). Y si se consideran los seis meses que lleva vigente, la cifra del impuesto solidario asciende a $47.705 millones, 2,4% más que lo que aportaron el fisco los Bienes Personales.

Lo peculiar es que mientras los demás tributos cayeron profundamente con la cuarentena, el impuesto a la compra de dólares siguió por libre. En mayo, el número de argentinos que se volcaron a la compra de divisas ya había quedado a pasos del récord de octubre pasado (2.556.000 personas), de acuerdo a los datos del Banco Central.

«Alrededor de 2.400.000 individuos compraron billetes para tenencia, duplicando la cantidad de personas que compraron en el mes previo, con una compra promedio per cápita de USD 190», señalaba el Banco Central respecto de mayo.

Y en junio, de la mano de la brecha cambiaria, la marca máxima volvió a superarse. Más de 2,6 millones de argentinos compraron dólares para atesoramiento. La creciente bancarización que promovió la cuarentena y la liquidez de pesos favorecieron al dólar oficial como forma de ahorro en un escenario de ahorro forzoso por las dificultades para consumir.

El impuesto país, resistido en un principio por el 30% de alícuota, fue una iniciativa de Martín Guzmán en diciembre que superó al 15% inicial del primer «dólar turista» de Cristina Kirchner -que luego se aplicó también al dólar ahorro y llegó al 35%- y que hoy se comporta como el único motor anticíclico de los ingresos fiscales.

Días atrás despertó una fuerte polémica entorno a la exclusión que dictó el Banco Central del límite de 200 dólares para los no residentes beneficiarios de alguna indemnización por violación a los Derechos Humanos. Cadenas de whatsapp reclamaban que los hijos de desaparecidos podían comprar todos los dólares que quisieran sin pagar este impuesto, cuando el resto de los contribuyentes deben pagarlo, lo que incluso repercutió al interior del Congreso de la Nación con un proyecto de pedido de informe al Ejecutivo. Mismo si el impuesto -según señala en el artículo 36 de la Ley de Solidaridad- rige para la compra de divisas efectuada por residentes en el país, y los no residentes siempre estuvieron exentos al igual que sucede con los jubilados que viven en el exterior a la hora de recibir sus haberes.

El impuesto PAIS no solo va a contramano del resto de los impuestos en su volumen, sino también en su base tributaria y la reacción oficial. Mientras que con cualquier otro impuesto es deseable que se amplíe la cantidad de contribuyentes, con este despierta alertas de defraudación. Conforme son cada vez más los que los que lo pagan, se multiplican en las redes sociales las advertencias de controles de los bancos sobre transferencias cruzadas entre personas que reciben 200 dólares y las que envían una suma equivalente en pesos más una comisión para que conocidos se comporten como «coleros online» desde sus casas.

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