Situación extrema: En Junín, hay gente que come de la basura


Sentido posteo de un vecino juninense , testigo directo del hambre de un hombre que revolvía los residuos de un comercio.

Conmovió el testimonio de un vecino, José Tello, quien presenció junto a su hijo en forma directa cómo un hombre revolvía la basura para encontrar algo de comida. En la zona céntrica de la ciudad de Junín , ante la vista de todos

La pobreza cero fue solo un slogan de campaña. Nada más alejado en este momento del país, cuando la crisis aprieta tanto que deja en la calle a trabajadores, cierra comercios e impulsa a la desesperación a muchos hogares.

De alguna manera, muchos siguen resistiendo. Pero hay otros que tocan fondo. Son aquellos que ya venían vapuleados por la vida, sin las condiciones mínimas para sobrevivir, sin ayuda oficial y sin figurar en el horizonte de ninguna Secretaría municipal que le tienda una mano.

Y no es uno solo. Son muchos. Muchas madres que sobreviven a mates y pan duro, con sus hijos que comen una vez al día, en el comedor escolar o en el merendero del barrio los fines de semana. Así, día tras día, sin esperanzas, solo tratando de sobrevivir el momento.

En este marco, en las redes sociales conmovió el testimonio de un vecino, José Tello, quien presenció junto a su hijo en forma directa cómo un hombre revolvía la basura para encontrar algo de comida. En la zona céntrica de la ciudad de Junín , ante la vista de todos.

Sus palabras fueron las siguientes:

“Fuimos a pedido de mi hijo porque quería estar un ratito más conmigo, ya que por cuestiones de trabajo compartimos poquito tiempo… a la confitería en Rivadavia y Alem. Mientras estamos ahí mi hijo me dice: “Papi mira ese hombre comiendo de la basura de un canasto”, que tenía en una bolsa que contenía un choclo y ese hombre comía con mucha hambre… Lo que yo había comido con mi hijo me cayó mal muy mal al ver esa persona desamparada por nuestros gobernantes.

No soy ni kirchnerista ni macrista porque para mí los políticos son toda la misma mierda… Me acerco y le doy 60 pesos, me sentía impotente querer ayudar más y no poder no… unas señoras que me vieron se acercaron y le dieron algo también y lloraban porque una estúpida en un auto se reía porque esa persona comía choclo de la basura…

Ojalá algún día cambiemos como ciudadanos y no ser tan egoístas… a mi bebé se le caían lágrimas al ver ese hombre… me siento impotente…”.

Fuente: Semanario