Macri y el Emir de Qatar: Futbol, política y negocios


Hamad Jalifa Al Thani compró 28 mil hectáreas al lado del campo de Joe Lewis. Macri logró que auspicie la camiseta de Boca.


El emir de Qatar, Hamad bin Jalifa Al Thani, es un alter ego casi perfecto de Macri: Millonario, fanático del fútbol, político, gobernante de su país y amante de los elegantes bosques patagónicos.

Era inevitable que desarrollaran una relación en la que se mezclara de una manera un poco tóxica, todas esas pasiones. Macri intervino personalmente para que el emir auspiciara la nueva camiseta de Boca, que en lo formal preside su amigo Daniel Angelici.

El presidente se hizo un tiempo en plena corrida y negociación con el FMI, para cerrar personalmente el deal, que le da a su club un sponsor de nivel internacional.

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Pero no es el único punto de contacto de esta incipiente amistad. Macri también convenció al extravagante Hamad que se compre una estancia en una de las zonas más exclusivas de la Patagonia, justo al lado del lugar donde su ubica otro de sus amigos de relieve global: El magnate inglés  Joseph «Joe» Lewis, verdadero dueño de Edenor, entre otras inversiones estratégicas.

El príncipe qatarí está feliz con su nueva estancia de 28 mil hectáreas, pero pero no las puede disfrutar a pleno, porque una parte fue tomada por comunidades mapuches.

La guardia real hizo el reclamo pero Patricia Bullrich se negó a colaborar: «Después del caso Maldonado no puedo intervenir», palabras más palabras menos, hizo saber la ministra de Seguridad.

Ante esta típica respuesta institucional de la Argentina, la Guardia Real del Emir optó por almacenar un buen stock de cartuchos de fogueo y se pasa los días recorriendo la propiedad y disparando al aire.

El emir de Qatar tiene 38 años, es fanático de los deportes y amigo de Gastón Gaudio. Promovió el acuerdo con Anses que nunca prosperó y ahora compró tierras en la patagonia y auspiciará la camiseta de Boca.

Ayudó a apaciguar los ánimos el ex tenista Gastón Gaudio, amigo personal del joven Emir y lobbista del fallido acuerdo entre el fondo de inversión de Qatar y el del Anses, anunciado en noviembre de 2016 durante una misión de Gabriela Michetti, que un año después aclaró que nunca lo firmó, durante un cruce con Cristina Kirchner.

Aquel pacto contemplaba inversiones inmobiliarias conjuntas pero nunca se llevó a cabo por planteos judiciales y porque Macri no se atrevió a buscar un respaldo del Congreso. Indignado Macri suele citarlo como un ejemplo de la «maquina de impedir» argentina.

«Cuando asumí la presidencia el Emir me dijo: ‘En qué te puedo ayudar’. Yo le pedí que invierta en el país, firmó el memorandum y días después una fiscal kirchnerista lo trabó. Fue un papelón», recuerda frustrado Macri.

Al Thani, de sólo 38 años y emir desde 2013, es fanático de los deportes, está a cargo de la organización del polémico Mundial de fútbol de 2022 y cuando era un príncipe tuvo a cargo el club París Saint-Germain y el abierto de Doha, que le da inicio al calendario de ATP.

Durante uno de esos torneos de tenis sembró amistad con Gaudio, que lo acercó a Macri cuando llegó a la Casa Rosada y no tardaron en llevarse bien. Comparten gustos por lo suntuoso y el deporte y ahora por los remansos patagónicos.

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Qatar es el tercer país con mayores reservas de gas del mundo, sólo superado por Rusia e Irán, pero tiene una ínfima población: solo 300 mil nativos entre sus poco más de 3 millones de habitantes. Es además el estado creador de la super exitosa cadena de noticias Al Jazeera, que se convirtió en la voz más potente del mundo árabe, con un mensaje moderno y globalizado que indigna a los vecinos de este pequeño país.

Semejante bonanza alteró a sus vecinos Arabia Saudita y Emiratos Árabes, que el año pasado lo declararon Estado terrorista, lanzaron un bloqueo aéreo y rompieron relaciones, pero no encontraron respaldo de las potencias mundiales. Menos aún de Macri, muy amigo del emir.