El panorama resulta difícil de explicar más allá de las consecuencias visibles: árboles enteros arrancados de raíz -algunos terminaron sobre techos de viviendas o aplastaron vehículos-, calles cortadas por copiosos follajes que no resistieron la envestida del viento, voladuras de chapas en varios sectores del pueblo. En el club social de la localidad, el temporal dejó dos muertos.

EL CIVISMO recorrió la zona esta mañana. Todos los vecinos compartían el asombro por una tormenta que hasta los pobladores con más años en Olivera califican de inédita. Un gran número de personas se encontraban fuera de sus viviendas. Algunas conversaban entre sí, otras buscaban la manera de comenzar a solucionar los problemas que el viento generó en sus viviendas.

“Estamos viendo cómo vamos a sacar el árbol”, contó un muchacho cuya vivienda recibió el impacto directo de uno de los árboles que conforma la hilera que acompaña la calle Juan XXIII, el principal corredor del pueblo, donde el paso del viento es evidente.

Varias calles perpendiculares a esa arteria todavía se encuentran cortadas. Máquinas municipales, a cargo de la Delegación, trabajan con motosierras para despejarlas. El trabajo es enorme, porque los focos afectados son muchos.

Otra vecina que dialogó con este medio contó que al momento de la tormenta, cuyo pico más intenso según los vecinos se inició cerca de las 21, se encontraba con su familia en la sociedad de fomento, donde se realizaba una entrega de trofeos. “Sentimos dos golpes muy fuertes en el techo. Nos pusimos todos en un rincón del edificio, no sabíamos qué pasaba. Yo pensé que eran rayos, pero después nos dimos cuenta de que el ruido era de árboles que se caían. Cuando logramos salir, vimos que a uno de los autos se le había caído un árbol encima. No sabíamos cómo volver a casa, porque estaba todo cortado, árboles y ramas por todos lados, lleno de cables de electricidad”, relató.

Al llegar a su casa, la vecina constató que un árbol había caído en una de las esquinas del techo. Por fortuna, no causó mayores daños en la construcción. “Nosotros, dentro de todo, la sacamos barata”, dijo.

Otro vecino comentó que “empezamos a escuchar golpes en el techo y después nos dimos cuenta de que fue por una chapa que se le voló a una vecina”.

DOS VÍCTIMAS FATALES

En el club social, donde se produjeron dos muertes, el viento impactó en la plantación de eucaliptus, árboles que se caracterizan por sus grandes dimensiones y raíces superficiales, características que los tornan poco resistentes al viento, menos cuando éstos alcanzan una velocidad superior a los 130 kilómetros. Una camioneta Toyota fue literalmente aplastada. Se trataría del vehículo donde encontraron la muerte las dos víctimas. Otra camioneta, que quedó dentro del predio del club pero más cerca de la calle, también fue alcanzada por las plantaciones.

Hacia atrás del club, con rumbo a la colectora de la Ruta 5, algunas viviendas sociales en proceso de construcción  resultaron afectadas por el viento. A uno de los inmuebles se le voló completamente el techo, que terminó tirado a varios metros de distancia. Igual ocurrió con otra construcción del predio, aunque en ese caso la voladura afectó a un tramo del techo.