La indigencia bajó una décima respecto a la primera mitad de 2016 pero afectó a 42 mil personas más que en el semestre anterior.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que en el primer semestre bajó la pobreza, pero subió la indigencia respecto del semestre anterior. El 28,6% de la población no llegó con sus ingresos a cubrir la canasta básica total (CBT), es decir, quedó por debajo de la línea de pobreza. Esto equivale a unas 12 millones de personas.
De esta forma, el porcentaje de la población bajo la línea de pobreza se redujo 1,7 puntos porcentuales, aproximadamente 700 mil de personas menos que seis meses atrás.
De entre ellos, otro 6,2% de la población se ubicó debajo de la línea de indigencia en el primer semestre de 2017; son unos 2,6 millones de personas. Esta marca es apenas una décima mayor a la registrada en el semestre anterior, lo que equivale a 42 mil personas más debajo de la línea de indigencia, esto es que no llegó a comprar la canasta básica alimentaria (CBA).
En la serie histórica se observa que la pobreza en la primera mitad del año suele dar por encima de la medición del segundo semestre, aunque no siempre, por lo que esta baja entre semestres muestra una mejora que rompe con la aparente estacionalidad de la serie.
Por el black out estadístico que rigió en la primera parte de 2016, no se dispone de datos del primer semestre de 2016 para hacer una comparación interanual. Sin embargo, el Indec dio a conocer el año pasado -y por única vez- una medida alternativa correspondiente al segundo trimestre, que había marcado 32,2% de pobreza y 6,3% de indigencia.
Así, en la comparación con igual período de 2016, el porcentaje de la población bajo la línea de pobreza se redujo 3,6 puntos porcentuales, aproximadamente 1,5 millones de personas menos que hace un año; y la indigencia así bajó una décima en la comparación interanual.
«Con los valores arrojados del primer semestre, es posible afirmar que estamos en los niveles alcanzados entre 2011 y 2012, según los centros de estudios privados que basaron sus estudios con los valores de inflación no oficiales de ese momento. En ese mismo período, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, hablaba en la ONU donde afirmaba que tanto la pobreza como la indigencia se habían reducido a un dígito», afirmaron fuentes del Ministerio de Hacienda.
«Sabemos que todavía es un número alto, un tercio de la población todavía se encuentra en estas condiciones y trabajamos día a día para revertir esta situación», aseguraron desde la Cartera de Nicolás Dujovne a la vez que celebraron la segunda baja consecutiva de la medición de pobreza.
Al comparar por tamaño de aglomerado urbano, no hay una diferencia significativa en la incidencia entre las ciudades de más y de menos de 500 mil habitantes, pero sí en la indigencia: en las ciudades más pequeñas las personas que no llegan a la CBA son el 4,8% y en las más grandes asciende a 6,5%.
Particularmente preocupante es la situación de algunos de los 31 aglomerados urbanos relevados en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). En Santiago del Estero-La Banda la pobreza alcanzó al 45,4% de los habitantes; en Concordia, el 42%; en Corrientes, el 40%; en Gran Resistencia, el 34,7%; y en Viedma-Carmen de Patagones, el 34%.
Así, la región con menor pobreza fue la Patagonia (21%), seguida por la región Pampeana (28%) y casi empatada por el Noroeste (28,2%). El Gran Buenos Aires presenta una situación mixta (28,8%), ya que en la Ciudad de Buenos Aires la incidencia de la pobreza es muy baja (13,4%) en contraste con la de los partidos del conurbano (32,6%).
Por su parte, el Noreste fue la región con mayor porcentaje de personas que no llegan a cubrir la CBT, 33,6%, seguida por Cuyo con el 29,3%.
En el caso de la indigencia, la región con peores guarismos fue el Gran Buenos Aires con el 7,1% de la población que no llega a cubrir la CBA -y asciende al 8,2% en el Conurbano-, seguida por la región Pampeana (6%) y el Noreste (5,8%). La menor incidencia de la indigencia se registró en la Patagonia (3,1%), Cuyo ($%) y el Noroeste (4,7%).
De todos modos, el dato más preocupante sigue siendo la incidencia diferencial por edad. El 42,5% de los niños y niñas menores de 15 años son pobres y el 10,6% es indigente. Esto marca una mejora respecto de las cifras de un año atrás, pero siguen lejos del 6,4% de incidencia de la pobreza entre las personas mayores de 65 años.