Cristina cierra la cumbre al núcleo duro y desoye el pedido de los intendentes


Invitó sólo a los del grupo Patria y sumó a Magario. No respondió a las exigencias de los Fénix y Esmeralda.


Tras días de especulaciones en torno a la lista de invitados a la cumbre de este martes con Cristina Kirchner en el Instituto Patria, finalmente se confirmó que la ex Presidenta cerrará el cónclave a los intendentes de su máxima confianza, sin ampliarlo al resto de los jefes comunales del PJ que desde hace días le pide una reunión.

De este modo, la ex Presidenta hace oídos sordos a las exigencias de los intendentes «díscolos» -como se los empezó a llamar en el PJ luego de que le vaciaran el acto a Máximo Kirchner– y cierra su reunión a los de su núcleo duro, flamantemente bautizados como el grupo Patria.

Sin embargo, hay otro dato: este martes a la ya confirmada asistencia de Mario Secco, Jorge Ferraresi, Francisco «Paco» Durañona, Patricio Mussi y Juan Ignacio Ustarroz se sumarán dos miembros del grupo Fénix, el camporista Walter Festa y la matancera Verónica Magario. Además irán otros 20 intendentes del interior de la Provincia, supo LPO.

No es casual la incorporación de Festa y Magario al círculo de confianza de la ex Presidenta, ya que son los dos intendentes que se quedaron en el acto de Máximo mientras el resto de los Esmeralda y Fénix se atrincheraba en la sede del Frente Nacional Peronista (FNP) en la calle Bolívar, desoyendo órdenes de las máximas autoridades de La Cámpora.

«Va a haber reuniones con el resto de los intendentes entre esta semana y la próxima», aseguran en el kirchnerismo e intentan calmar las aguas, aunque por ahora no hay más datos que apacigüen el ánimo de los intendentes.

Por eso, mientras reinaba un clima de desconfianza y Festa salía apurado a arrancar un operativo clamor por la candidatura de Cristina, otros de sus pares blanquearon su hartazgo al admitir que tienen una negociación abierta con Florencio Randazzo.

Gustavo Menéndez fue el portavoz que ayer confirmó esas especulaciones al afirmar que si Cristina no se postula podría correrse a las filas de Randazzo. Su actitud no cayó bien entre los seguidores de la ex Presidenta.

La reacción de Menéndez no sorprende. Un día antes del acto de Máximo, el intendente de Merlo ofició como anfitrión de un encuentro entre algunos intendentes con Randazzo. En ese grupo además de Menéndez estaba Leo Nardini, otro de los que hasta este martes no estaba invitado a participar del encuentro Cristina.

En rigor, en esa cena en Merlo, los intendentes buscaron convencer a Randazzo de la necesidad de armar «una lista de unidad competitiva» de cara a las legislativas de octubre, que permita no ir a internas. El ex ministro se negó.

Puntualmente, lo que le ofrecían los intendentes era una suerte de interna disfrazada, en la que él pueda competir contra el candidato del sector de Máximo y Espinoza pero que «abajo» (en los municipios) haya unidad, para no perder fuerza en sus propios distritos. Es decir, quisieron hacer su propio arreglo y que la pelea estuviera entre los de arriba, una opción que Randazzo descartó por completo.