Todos destacan que el cuerpo mutilado de un menor hallado el 21 de marzo pasado a la vera de un arroyo en cercanías de la ruta 11 entre Mar del Sud y Miramar corresponde a un niño de un año y cuatro meses, que vivía en Batán y había fallecido 11 días antes tras atragantarse con una bombita de agua. Indican que el nene había sido enterrado en el cementerio de Comandante Nicanor Otamendi y advierten que todavía se desconoce quién manipuló su cuerpo.
La Capital anuncia desde su portada que “Identificaron el cuerpo del niño que apareció en un arroyo de Miramar” y señala que “un examen de ADN” permitió dar con la identidad del menor que “vivía en el paraje El Boquerón y murió el 10 de marzo en un accidente doméstico”.
Indica que “tras ser sometido a una autopsia” el nene fue inhumado en el cementerio de Otamendi, en una ceremonia de la que participaron sus padres, “de nacionalidad boliviana”, junto “a otros familiares y allegados”; y abunda: “el sepelio concluyó con la certeza de que el cadáver había sido enterrado y la familia del niño se retiró del lugar con esa seguridad”.
Consigna que “tal como se había conjeturado en un principio, las mutilaciones y ablaciones se produjeron varias horas después de la muerte”.
Agrega que “también se confirmó de esta manera el adelanto de LA CAPITAL luego aseverado oficialmente que tras el fallecimiento el cadáver fue sometido a frío intenso o congelamiento, una etapa necesaria en muchas instancias forenses para estudiar causas de muerte”.
Extra indica que “en el lugar de los hechos, la fiscal Ana Caro confirmó que el bebé había sido supuestamente enterrado en el cementerio de la localidad de Comandante Nicanor Otamendi” y apunta que hoy se dirigirá a la necrópolis “para controlar la exhumación del féretro”.
El Día señala que ahora “los investigadores procuran determinar cómo el cadáver llegó hasta donde lo encontraron y en ese sentido ya determinaron que la tumba en el cementerio marplatense en el que debería estar el cadáver del bebé no fue profanada y recién hoy realizarán a apertura del ataúd”.
Recuerda que “el cuerpo mutilado, sin órganos ni dientes, fue encontrado en la madrugada del martes de la semana pasada, 21 de marzo, a unos 20 metros del arroyo La Totora por un hombre de 45 años que circulaba en bicicleta por la ruta 11 desde Miramar y denunció lo ocurrido en el destacamento policial de Mar del Sud”.
HOY precisa que “la identificación se logró luego de que los pesquisas solicitaran a la Morgue Judicial de Mar del Plata muestras de ADN de los niños muertos en los días previos al hallazgo. Estas fueron cotejadas con el patrón genético elaborado a partir de los restos óseos encontrados a la vera de la Ruta 11”.