Exclusivo: El intendente presionó para que habiliten el predio donde tocó el Indio

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Una oscura historia de intereses económicos y políticos se esconde detrás de la previsible tragedia de Olavarría. El intendente macrista Ezequiel Galli creyó estar ante una oportunidad dorada para capitalizar el desembarco en Olavarría de la marea humana que suele convocar el Indio Solari.

Esta jueza fue la que negoció con la organización del Indio Solari, que se presentó para alquilar el predio bajo la razón social «En Vivo SA», representado por su apoderado, Marcos Estanislao Peuscovich.

Se trata de un predio de 605,80 metros, por 574,20 metros, el que se desbordó de gente en una búsqueda de lucro desaforado, que terminó como terminó.

En el acuerdo sellado ante sede judicial queda clarísimo que la Municipalidad gestionó junto a la productoral del Indio el uso del predio, casi como si fueran socios. «Acá corrió mucha plata por debajo de la mesa», afirmó a LPO una fuente al tanto de las negociaciones.

Al punto que la Municipalidad se comprometió a acondicionar el predio, aportando los recursos «materiales y humanos» para que se pueda concretar el show. Como precisamente el «acondicionamiento» del predio fue una de las cosas que falló por su precariedad y pésima planificación, esto agrava la situación de Galli. Hay testimonios de chicas que afirman que había tablones de madera a modo de valla de seguridad, lo que convirtió al predio en un corral o trampa mortal, ante las avalanchas.

Pero no sólo eso, en la cláusula novena del acuerdo, Galli pone al municipio como «fiador» de las obligaciones de la productora. Una verdadera locura.