Leandro Févola: Administrar en la realidad

ADMINISTRAR EN LA REALIDAD

Cada vez que se discute una Ordenanza Fiscal Impositiva y un Presupuesto, se deben plantear objetivos claros y no solo hacerlo en función de números que lógicamente son importantes para poder desarrollar una gestión, pero se debe ser prudente y evaluar no solo la viabilidad del proyecto sino también el impacto que tendrá en el bolsillo de todos los vecinos y de repente afloran a la memoria los roles de unos y otros en el paso del tiempo.

Los que ayer eran oposición y hoy tienen la responsabilidad de gobernar, se encuentran entrampados en su propia demagogia, no se administra con discursos, sino con la realidad. Cada año se vio al hoy oficialismo en su rol de oposición, calcaban año tras año la matriz discursiva: “que el aumento de tasas es inviable”; “que los servicios brindados no se condecían con los aumentos”; “que el sistemático aumento de tasas era regresivo”; “que siempre se atacaba los bolsillos de los contribuyentes”, etc.  

Hoy esa verborragia proselitista se acabó, porque tienen que gobernar y recaudar para administrar el estado municipal, entonces vuelven a la receta sistémica del “aumento de tasas” que rondarán esta vez en muchos casos casi el 100%, y con un agravante: la precaria gestión.

Administrar en la realidad es tener conciencia que la gestión pública no es soplar y hacer botellas, que la liviandad con que se han tomado el rol de opositores en el pasado hoy los paraliza en el papel de oficialismo, y todas las recetas mágicas que veían con tanta claridad, quedaron en el más remoto de los rincones, volviendo a la carga contra aquellos que decían representar y defender sus intereses.


Lo pasado en la última sesión del HCD es una muestra concreta que no se puede gobernar en la improvisación, mucho menos en la concepción absurda de premios y castigos con los contribuyentes, como si fuera la recaudación pública un antojo de quien gobierna.

La plata de las tasas es de todos los chivilcoyanos, de todos, no tiene banderías políticas y quienes están al frente en la toma de decisiones y en cómo administrar esos recursos deben ofrecer una prestación eficiente en todos los ejes que hacen al normal funcionamiento la sociedad y que transcurridos 12 meses y contando con las herramientas necesarias se ha transformado en el punto más débil de la actual administración.

No hay contribuyentes de primera y de segunda como para premiar y castigar con la falaz concepción de “equidad tributaria”, si así fuera pagaría más el que mas tiene, pero está muy lejos de la realidad actual, el ejecutivo municipal ha decidido volver a increpar los bolsillos de la clase media como eje recaudatorio.


Gobernar es una tarea compleja, administrar los recursos públicos más aún, por eso hay que apelar siempre a la memoria y refrescarla, sobre todo para aquellos que hoy borran con el codo lo que escribieron con la mano.

Leandro Févola