La esposa del dueño del campo Cristina Salvadori comentó el desolador panorama con el que se encontraron el domingo cuando llegaron al campo y comenzaron a ver que los animales se iban cayendo, y de pronto se observó una “montaña de cadáveres y el agua de la bebida de color azul”.
Salvadori contó que ya van 180 vacunos muertos y hoy viene gente de Senasa. Estimó que el resto de los animales van a ser sacrificados porque los tejidos ya están afectados por el producto, utilizado por la pulverizadora que sería “Paraquat”.
A los animales se les realizaron los análisis que ya fueron enviados a Bahía Blanca, pero estiman que tendrán que sacrificar el resto de los vacunos porque todos estarían intoxicados.
“El tóxico permanece en el cuerpo y no se pueden comercializar. Además hay que ordenar la quema o entierro de los vacunos”, explicó la esposa del productor damnificado.
“Veremos qué dispone hoy el Senasa, por ahora personal municipal y operarios andan en tractores retirando los cadáveres y amontonándolos en un rincón”, explicó.