Tambos: en alerta por la vuelta de las lluvias en Córdoba y Santa Fe

Lechería.

Hay establecimientos que todavía enfrentan las secuelas que dejaron las pérdidas del otoño. La napa sigue muy alta en algunas zona.

Después de la tregua del invierno y la primera parte de la primavera, las precipitaciones de octubre acumularon más de 200 milímetros en algunas zonas del sudeste cordobés y el centro oeste de Santa Fe, donde se concentra la cuenca lechera central, en la que se ordeña más del 60% de la leche que se produce en la Argentina.

Como muchos tamberos todavía enfrentan las secuelas de las inundaciones del otoño y la primavera vuelve a ser lluviosa -esta semana se acumularon más de 60 milímetros y con granizo en algunas regiones-, cada gota de agua suma preocupación e incertidumbre.

Desde el punto de vista productivo, los tamberos que pueden sembrar alfalfa y maíz para silo, pero hay zonas en las que este esquema se complica por la cantidad de agua acumulada debajo del suelo.

“Nosotros tenemos la napa a solo 60 centímetros de la superficie y no podemos sembrar alfalfa”, contó Mariana Mio, que maneja un tambo y hace cría ganadera junto a su marido en San Antonio de Litín, cerca de Bell Ville en Córdoba.

Antes del otoño ordeñaban unos 2.200 litros de leche por día. Después de las lluvias cayeron a 600 litros y ahora, con mucho esfuerzo, están produciendo unos 1.000 litros.

El problema es que el agua, hasta agosto tuvieron inundadas la mayor parte de las 320 hectáreas que gestionan, arruinó las alfalfas y los obligó a consumir las reservas de silo y a invertir mucho dinero en comprar alimento balanceado. “La lluvia llegó justo cuando estábamos con las pariciones así que se nos murieron cientos de animales. Fue durísimo”, recordó la productora.

En una situación muy parecida está Lucas Marenchino, que tiene su tambo cerca de Las Varillas, también en el sudeste de Córdoba. “Yo pude sembrar alfalfa, porque tengo la napa a 1,60 metros, pero hay muchos tamberos que tienen el agua más cerca del suelo y entonces se complica”, reconoció.

Marenchino pasó de producir 7.500 litros en el verano a menos de 2.000 litros ahora. “Tuve que vender una parte de nuestra genética, con malos precios, y gastar lo que pudimos obtener del ordeñe en alimentar los animales que nos quedaron”, explicó.

La estrategia para los próximos meses es esperar que la alfalfa crezca y que el maíz rinda en enero y en febrero, cuando ingresen a las picadoras a los lotes.

En el centro de Santa Fe, la situación es muy heterogénea. “Hay zonas en las que llovió mucho durante octubre y si el clima sigue muy húmedo pueden volver las dificultades”, advirtió el ingeniero Federico Vionnet, que asesora tambos en la cuenca lechera santafesina.

Las pasturas que se sembraron al final del invierno están en buenas condiciones. El problema es que la recomposición forrajera llega un poco tarde y que en el camino se perdió una parte del rodeo lechero.

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“Todavía no sabemos exactamente cuánto, pero hay menos establecimientos y muchos tambos que vendieron vacas para pagar sus gastos de funcionamiento después de las lluvias”, explicó el asesor.

Al momento de pensar alternativas, la verdad es que algunos productores no pueden sacarse el agua de la cabeza. Es que en el sudeste de Córdoba vienen de cuatro inundaciones seguidas por lluvias. “Hasta que no se liciten las obras del canal San Antonio, no queremos arriesgarnos a sembrar cultivos que suponen una inversión importante, como la alfalfa”, explicó Mio.

La obra que más reclaman los productores cordobeses es la readecuación del canal San Antonio, que recorre el límite provincial de Santa Fe y Córdoba desde San Francisco hasta el río Carcarañá.

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Este canal se hizo en la década del 40, pero según los productores nunca se mantuvo en forma adecuada ni se adaptó a los nuevos escenarios climáticos, en los que las lluvias intensas son más frecuentes.

Es un canal clave para la cuenca lechera cordobesa, ya que muchos de los zanjas y desagües que pasan por los tambos y los pueblos terminan en el San Antonio, que lleva el agua hasta el Carcarañá, que luego la conduce hacia la desembocadura en la cuenca del Paraná en Puerto Gaboto.