Excarcelación: El médico pagó una caución de un millón de pesos

La familia del muerto prometió venganza

El cambio automático del Toyota Corolla quizás resultó demasiado: al no saber operar la palanca para arrancar y huir, Ricardo Alberto Krabler, «El Nunu», le dio la ventana de tiempo suficiente al médico Lino Villar Cataldo para buscar su pistola Bersa en un cantero y darle cuatro disparos el viernes último.

Villar Cataldo era su vecino; su casa en la calle El Ombú, barrio de Loma Hermosa, queda a diez cuadras de donde viven los Krabler en el barrio Libertador, una zona profundamente carenciada del municipio de San Martín que se divide entre calles asfaltadas y geografía de villa.

ladron muerto

El médico se había comprado el arma de cara a los robos constantes en el barrio; fue imputado por homicidio tras matar a Krabler.Esta tarde, el juez de Garantías Lucas Oyhanarte le otorgó la excarcelación, bajo una caución de un millón de pesos. Falta todavía el voto de la fiscal del caso, Diana Mayko.

Krabler fue enterrado el domingo por la tarde. Su familia ya prometió vengarlo. Horas después de su muerte, según denunciaron hijos de Villa Cataldo, miembros del clan pasaron por la puerta de la casa, para disparar al aire y amenazar con un incendio. En un post de Facebook, uno de los hermanos del «Nunu» juró cobrarse «lágrima por lágrima», tratando a Villar Cataldo de «gil».

Lo cierto es que para Ricardo Krabler, intentar robarle el auto al médico Villar Cataldo no fue su debut en la delincuencia.

Registros oficiales consultados por Infobae indicaron que ya había caído el 29 de diciembre de 2010 por tentativa de robo, una causa en la que intervino la Comisaría 5° de San Martín bajo la firma del Juzgado de Garantías N°4 de la jurisdicción. Tenía apenas 18 años; pasó el Año Nuevo preso para salir un mes después.

Por el barrio Libertador hay quienes dicen haberlo visto cirujear, juntar cartones en un carrito. Su información comercial revela que nunca tuvo un trabajo en blanco. En su intento de robo, murió a manos de Villar Cataldo a poco más de dos semanas de cumplir los 25 años el día 15 de este mes. Dejó atrás una hija de pocos años. «Un rastrero, como unos cuantos que andan dando vueltas por acá», dicen en el Libertador de él, uno de los pocos vecinos que se atreven a levantar la voz.

Nadie habla de los Krabler en las remiserías y kioskos del barrio. El miedo a la familia es evidente. La casa del clan queda sobre la calle Las Palmas, según información policial, el domicilio que «Nunu» tenía registrado. «No, no, viven del otro lado», sugiere un vecino histórico, entre parco y espantado.

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