Buenas nuevas para Miguelito ,el mexicanito que quería conocer a los pingüinos

Casi cuatro meses se han cumplido desde que Miguel Tello de 5 años sufriera un accidente camino a Punta Tombo y quedara en estado vegetativo debido a las lesiones. Atrás quedaron las angustiantes horas en que Jaime (padre de Miguel), su esposa, abuela y familiares no sabían qué iba a ocurrir ya que no encontraban respuestas al pedido de traslado al instituto FLENI.

miguelito

Con la voz llena de felicidad el padre del menor accidentado destacó: «mi hijo ya ha salido del estado en el que estaba, ha respondido a los estímulos, ya no está en estado vegetativo y solo queda continuar con el tratamiento. Es una felicidad muy grande para nosotros todo esto».

Familiares y amigos se encuentran realizando diversas actividades para recaudar fondos para ayudar a la familia en lo que sea necesario. Además de estas actividades se encuentra una cuenta abierta para recibir donaciones para poder costear el elevado monto que deben afrontar.

El accidente
El accidente, que ocurrió hace casi cuatro meses en el camino a Punta Tombo, la reserva de pingüinos ubicada a 107 kilómetros de Trelew, provincia del Chubut, le dejó a Miguelito, “secuelas importantes” que llevaron a los médicos que lo atienden en el Instituto Fleni,  tres operaciones que logró pasarlas con éxito.

Miguelito viajaba sin cinturón de seguridad en el auto que lo transportaba, por lo que ocasionó que el niño saliera despedido del vehículo provocando una lesión en el pulmón derecho y daño en el tallo cerebral, según diagnosticaron los profesionales que lo asistieron.

Sin embargo, los médicos detallaron que lo más grave “es el daño axonal difuso, un golpe fuerte en la cabeza que mata la conexión de las neuronas y hace perder los sentidos”, por esta razón era la urgencia de su derivación al centro de recuperación de Buenos Aires.

Si bien el deseo de sus padres es “trasladarlo a su país para continuar con su rehabilitación”, los profesionales aseguraron que no es conveniente trasladarlo en principio hasta dentro de cuatro meses “debido a que en su estado actual, Miguelito no soportaría más de dos horas de viaje en avión, ni siquiera en uno sanitario”.

El viaje de Miguelito había empezado en el mes de marzo en un crucero, con sus padres y la abuela paterna del chico, con el fin de llegar a Punta Tombo, para conocer a los pingüinos. Para llegar habían contratado a través de una empresa turística de Madryn el traslado en un auto, pero en el camino a la reserva, en el tramo que estaba asfaltado, el auto que según Jaime iba a alta velocidad, “mordió la banquina, volcó y dieron al menos cuatro tumbos