Mohamed Lahouaiej Bouhlel habría recibido 100.000 euros por ejecutar el ataque en Niza, donde asesinó a 84 personas. Según los investigadores, el mercenario terrorista ya habría enviado el dinero a Túnez, donde se encuentran sus familiares, y aseguran tener pruebas de que el golpe fue premeditado por el autor.
Varios testigos que conocían al transportista de 31 años aseguraron que el hombre presentaba signos de religiosidad , aunque su padre, en cambio, lo describió como una persona que no tenía ningún vínculo con la religión, que tomaba alcohol y que no iba a la mezquita.
Dos días antes del atentado, Bouhlel visitó el paseo de los Ingleses para preparar el atentado. Allí arrasó a la multitud que se encontraba celebrando el día de la Bastilla dejando un saldo de 84 muertos y 85 personas hospitalizadas, 18 de ellas con pronostico reservado.
Según algunos de sus vecinos, el atacante, que la organización yihadista presentó como “un soldado del Estado Islámico”, tenía un perfil de persona desequilibrada, que vivió múltiples “crisis” familiares.
“Nos enfrentamos a individuos sensibles al mensaje del Estado Islámico, que llevan a cabo acciones extremadamente violentas sin necesariamente haber combatido o haber sido entrenados”, dijo el ministro del Interior francés Bernard Cazeneuve.
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