Se aprobó la ley antidespidos

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La Cámara Baja avaló el proyecto que se discutía desde la medianoche; los votos se repartieron entre 147 a favor, 3 en contra y 88 abstenciones

El  resultado estaba cantado desde el inicio de la sesión, de casi 18 horas. Pero en el tablero electrónico de la votación se reflejó una sorpresa de último momento. La Cámara de Diputados sancionó, a las 5.46, la ley antidespidos, con 147 votos a favor, 3 en contra y 88 abstenciones, casi todas del oficialismo.

La postura de Cambiemos fue decisiva en el resultado final y obedece a una estrategia para precipitar el veto de Mauricio Macri y ponerle así un punto final a la discusión sobre la emergencia laboral, un debate que daña al Gobierno. El Presidente anunciaría el veto hoy mismo, en la Casa Rosada. El Congreso no podrá insistir porque la oposición no cuenta con los dos tercios necesarios en la Cámara de Diputados.

La sorpresa fue el respaldo contundente que logró el dictamen de mayoría, impulsado por el Frente para la Victoria (FPV) y el Bloque Justicialista, que proponía sancionar sin cambios el proyecto votado en el Senado, el mes pasado. El texto dispone la prohibición de suspensiones y despidos por 180 días y, ante una desvinculación, le da la posibilidad al empleado de reclamar ante la Justicia su reincorporación inmediata o el pago de una doble indemnización.

Pese a los enfrentamientos de las semanas previas, lo terminaron votando todos los sectores de la oposición en Diputados: un triunfo del kirchnerismo y un fracaso deSergio Massa. A último momento y ante el fracaso del plan para imponer un proyecto propio, el Frente Renovadorresolvió sumarse al bando vencedor.

 

El ex intendente de Tigre ensayó una reducción de daños: disimuló la derrota legislativa y evitó una ruptura importante en su bancada, dado que los diputados de origen sindical ya le habían anticipado que iban a votar a favor. No pudo evitar el voto negativo de José de Mendiguren, ex presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA). También le devolvió gentilezas al oficialismo. Si llegara a vetar la ley, Macri estaría frenando un proyecto que obtuvo dos tercios en el Senado y mayoría absoluta en Diputados.

Los otros dos votos negativos fueron de Sixto Bermejo, un integrante del interbloque UNA que responde al gobernador de Chubut, Mario Das Neves, y del salteño Alfredo Olmedo, del monobloque Salta Somos Todos. Claudia Rucci y Adriana Nazario, dos miembros de UNA y otros cuatro más que tienen como jefe a José Manuel de la Sota, se abstuvieron.

«La abstención del oficialismo cambia el escenario y como compartimos el espíritu del proyecto que se votó en el Senado vamos a votar a favor», explicó Graciela Camaño, jefa del bloque del Frente Renovador. Justo antes, Mario Negri, presidente del interbloque de Cambiemos, había justificado la abstención de todo el oficialismo: «Los distintos sectores del peronismo buscaban un acuerdo. Sabemos que perdemos, pero no estamos traicionando a nadie, no nos hemos movido de nuestra posición».

Era una forma de responderle a Massa, que había denunciado un acuerdo entre el oficialismo y el FPV. Corrido de su papel de árbitro, el ex intendente de Tigre no podía esconder su frustración. Mientras esperaba para salir al aire por TV, en el salón de Pasos Perdidos, le recriminó el cambio de estrategia a Negri, delante de varios periodistas: «Te diste vuelta como una media».

Como hicieron casi todos los bloques de oposición, el jefe de la bancada del FPV, Héctor Recalde, aprovechó su discurso de cierre para reclamarle a Macri que no vete la ley. «Le pido al Presidente que conversemos a ver si hay otros remedio. Si la veta, va a existir otro veto, el de los trabajadores», le advirtió. En la misma sintonía, Oscar Romero, jefe del Bloque Justicialista, había dicho: «Que antes de poner el gancho el Presidente piense en los trabajadores que hoy están pensando en si pueden llevar un plato de comida a su casa o no».

Con fuertes críticas a las contradicciones del kirchnerismo y tras negar que exista una «ola de despidos», Negri había argumentado el rechazo al proyecto: «No es proporcional la medida ni eficaz para el tamaño del problema».

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