Rosario: Escuelas bajo fuego feroz pelea entre bandas narco que pugnan por su territorio

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Se trata de cinco establecimientos, entre ellos, un jardín, que están en el sur de Rosario; ahora hay vigilancia policial, pero el temor acecha a maestros y padres

ROSARIO.- El aire está denso, se corta a cada momento con los disparos. No importa si es de noche o de día. En Grandoli y Gutiérrez, en la zona sur de esta ciudad, zumban las motos y las balas. Y el fuego en los contenedores con basura ilumina algunas calles desiertas del barrio Municipal por estos días.

En el medio de esa violencia que recrudeció en esta zona, tras la detención de Rosa Caminos y otras 15 personas por narcotráfico, quedaron unos 500 alumnos y maestras de la escuela John F. Kennedy y del jardín de infantes Lola Mora.

Un patrullero del Comando Radioeléctrico custodia la puerta del colegio y del jardín cada vez que entran y salen los alumnos, que desde el lunes pasado no juegan más en el patio en los recreos por temor a que alguien resulte herido.

Ahora en la escuela Kennedy lo hacen en un lugar cerrado, una especie de salón de actos. Decidieron instalar vidrios blindados, como lo publicó LA NACIÓN el 8 de este mes, pero la idea no resultó. Las balas 9 mm fueron más potentes.

 

Hay preocupación no sólo en los padres, que por las redes sociales se alertan ante cada situación de peligro, sino también en los maestros. Algunos amagaron con no ir el lunes pasado. «Los tiros siguieron y el fin de semana fue feroz», relatan.

Susana Flores, vicedirectora de la escuela Kennedy, cuenta que llamó a la policía para pedir ayuda y decidió «suspender los recreos por precaución, para que los chicos no salgan al patio». Ahora los niños juegan en un salón de actos. Flores dijo que pidieron ayuda en la comisaría 11», que está a dos cuadras. «Nos dijeron que el único patrullero que tienen fue baleado y aún no fue reparado», señala.

Pero la docente considera que lo que pasa allí es «normal». La violencia parece naturalizarse también en los discursos. Flores encadena esa palabra tan discutida con un término que usa el gobierno provincial cada vez que se refiere al tema: la estigmatización de Rosario. Así lo afirmó la intendenta Mónica Fein en la apertura de sesiones del Concejo Municipal al advertir que la ciudad «ha sufrido en los últimos años una campaña sistemática de estigmatización».

Y remarcó que «los municipios no pueden enfrentar solos el narcotráfico, no sin las fuerzas fede-rales, no sin controles federales, no sin la justicia federal, no sin contar con la Nación para investigar el enriquecimiento de personas involucradas con las economías delictivas».

A la mañana temprano es el horario más peligroso, cuenta un policía que vigila el barrio, mientras recomienda a los vecinos tener cuidado con «los que andan en moto». Ayer a las 8.30, minutos antes de que llegara a la zona el equipo periodístico de LA NACION, cuatro jóvenes montados en dos motos comenzaron a tirotearse en plena calle, que de inmediato quedó desierta. En Grandoli y Lamadrid, a dos cuadras de la escuela, queda la resaca de los enfrentamientos de la noche. Pasa lo mismo en el jardín de infantes Lola Mora sobre Alice al 5000. En la puerta hay dos casquillos de 9 mm. La otra escuela del barrio es la Técnica Nº 393 5 de Agosto, que está sobre Alice. Frente a ese colegio hace unos años los Caminos habían construido un santuario del Gauchito Gil y desde allí controlaban quién entraba al Fonavi.

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