La madre de Nisman rompió el silencio: «Lo mataron»

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Sara Garfunkel, la madre del fiscal de la causa AMIA de cuya muerte se cumple un año, habló con la Agencia Judía de Noticias. Negó que su hijo se haya suicidado. Contó los aspectos íntimos de la vida. Cómo fue el momento en que hallaron el cadaver de Nisman.  Parted el diálogo aquí.

-Este Gobierno trajo una impronta distinta, tanto en el tema AMIA, como en el tema Nisman

S.G.- Vamos a ver qué van a hacer.

S.N.- La intención es muy buena y es muy alentador todo lo que están haciendo. El tema es que después de un año, muchas pruebas y muchas cosas ya se perdieron. Si en las primeras horas o días no se investiga a fondo, después es muy difícil. Es complicado, D’s quiera que se llegue a la verdad de lo que pasó. Pero cuando pasan los primeros días sin haberse tomado todos los recaudos que se tendrían que haber tomado, por mejores intenciones que haya, que obviamente hay que tratar de hacer todo lo posible, es mucho más difícil. Está la causa AMIA, es infinitamente más difícil después de tantos años.

-¿A Alberto lo mataron?

S.G.- Sí.

S.N.- O lo ayudaron a matarse. No sabemos.

S.G.- Para mí que lo mataron. Es muy simple, por varias cosas. Primero, como apareció el arma. Ya con eso está. Por la manera como apareció el arma, ¿si él se mató, cómo apareció el arma de la manera que apareció?

-¿Usted percibió que el lugar fue previamente tocado?

S.G.- No, estaba todo igual como yo lo había visto el viernes. Todo igual. Todo en orden. No había nada tocado. No había nada alterado, había estado el viernes a la tarde, y esto pasó el domingo. Su personal doméstico estuvo el jueves. Estaba todo igual. Hasta el dormitorio estaba bien.

-A veces pienso en las opciones, se dijo que lo mataron o tal vez le soltaron la mano mal.

S.G.- Pongamos que sí, pero que me expliquen entonces cómo apareció el arma ahí. ¿Cómo sé yo que a él le entregaron un arma y que él pidió un arma? ¿Dónde está escrito? Lo mismo que dicen que le pidió un arma al custodio. ¿Dónde está escrito que pidió un arma? Lo dicen ellos.

-¿La duda es cómo llega el arma al lugar?

S.G.- Eso no me interesa. Como él apareció, el cuerpo, dónde apareció el arma, cómo hizo si se mató él para que el arma aparezca en ese lugar. Cuando yo abrí la puerta no vi nada, yo lo vi a él. Salgo y llamo a Swiss Medical, viene el médico, asoma la cabeza y dice ‘hay un arma’. Cerró la puerta y se fue. Entonces yo digo ‘yo no vi ningún arma, quiero ver’. Miré de vuelta y se veía el mango del revólver acá (hombro). Entonces yo no entiendo como hizo el arma para aparecer abajo del hombro izquierdo.

-¿El médico de Swiss Medical no estuvo solo ahí adentro?

S.G.- Él asomó la cabeza, dijo ‘hay una arma’ y se fue. Nada más. (El arma) estaba debajo del cuerpo, se veía el mango nada más. Un pedazo del mango del revólver. Cuando él dijo ‘hay un revólver’, yo asomé la cabeza y ahí lo vi. Entonces, que me expliquen cómo hizo para matarse con el revólver ahí, nada más que eso. Hablo de la ubicación del arma. En los tantos allanamientos que hubo ahí y todo, había un jefe de Policía, que yo le preguntaba, que me explique, y ninguno me explicaba. Todos me daban vuelta. No me querían explicar por qué el arma estaba ahí y cómo hizo para matarse. Y ninguno me quería explicar.

-¿Notó que lo que ocurrió en ese departamento fue una cuestión sin control?

S.G.- Nadie entró al baño hasta que vino la fiscal. Yo estaba ahí sentada y hasta que no vino la fiscal, yo de ahí no me moví. Después sí me levanté, pero nadie entró y encima habían puesto de Gendarmería a un muchacho, porque el capo de Gendarmería me quería sacar de la pieza y yo no me quería ir, entonces puso a un muchacho en la puerta del baño para que yo no entre. Y yo me quedé ahí sentada. No sé por qué lo hice porque nunca me pasó una cosa así y nunca tuve nada que ver con la Justicia. Me quedé ahí. Para qué me quedé, no sé. Cuando vino la fiscal, ahí me levanté.

S.N.- A mí lo que me cuesta entender, no soy psicóloga, es que él, mientras el sábado seguía trabajando, porque consta a través de fotos que él mandó y de llamados que hizo, y además como estaba toda su mesa. Además, tenía papeles de trabajo en la mesa, en su mesita de luz de la pieza, en la mesita ratona del comedor. Había estado trabajando el sábado hasta último momento, pidiéndole el viernes a mi mamá también que le compre comida para el lunes, planificando toda su semana laboral, me cuesta que me entre en la cabeza que de un segundo para el otro, que mientras estaba haciendo todo eso, se preocupe por pedir un arma para instantáneamente matarse. Eso es lo que no me cierra, pensándolo objetivamente. No sé lo que le puede pasar por su cabeza y su situación, pero la verdad es que no me cierran esas dos cosas tan opuestas: estar preocupado por defender su denuncia al día siguiente, por las cosas domésticas del día siguiente y a la vez llamar, pedir un arma y matarse y dejar todo. Eso es lo que a mí no me cierra.

S.G.- No voy a decir lo que yo pienso porque no quiero tener problemas. Pero de todas formas, hasta las ocho de la noche, él a las ocho le mandó un whatsapp con la foto a Waldo (Wolff) el sábado. Si el viernes a la tarde, cuando yo voy, me dice que le compre comida para el lunes a la mañana, que viene la muchacha, y yo le digo ‘¿querés que te cocine yo hoy?’, me dice no, el lunes viene la muchacha, no tenía pensado hacer nada, sino no me hubiera mandado a mí a comprar. Lo que yo me puse a pensar es qué hubiera pasado si yo me hubiera quedado ahí con él, el fin de semana en su casa.

S.N.- Nunca te ibas a quedar porque él estaba trabajando ahí.

S.G.- Uno puede pensar qué hubiera pasado si yo le hubiese dicho que me quedaba ahí todo el fin de semana.

-Cuando uno hace memoria del destrato por parte del Gobierno que se fue, ¿eso le sigue rebotando en la cabeza?

S.G.- Eso ya está, de quién vino, la verdad que ya está. Me dio bronca en su momento, obvio. Eso no me importa.

-¿Hay falta de esperanza?

S.G.- Se pasó todo un año. Porque es la verdad. La jueza era la misma. Yo no creo, ojalá que sí. Yo estuve todo el año.

S.N.- Yo esperanzas tengo si las cosas se encaran bien.

S.G.- Yo lo que quisiera saber es qué pasó, para mí él no se mató. Como primera medida, entonces, qué pasó, qué fue todo el armado, cómo hicieron todo.

-Se va a cumplir un año, ¿qué mensaje hay al establishment político?

S.G.- No puedo decir nada. Porque todo lo que pueda decir va a ir en mi contra. Que se esclarezca, no si él se mató o lo mataron, que se esclarezca todo lo de alrededor. Porque a él lo mataron, no se mató. Entonces, que se esclarezca todo.

S.N.- Yo quisiera saber, algún día, o sea que no se cierre o que no siga eternamente como muerte dudosa la carátula, sino saber algún día cómo fue que murió, si lo decidió él, si lo obligaron, saber qué pasó con mi hermano.

Fuente: MDZ online