Mallorca: Roban en el restaurante que cocinaba gratis para personas sin recursos

Gerardo Di Cunto, chef del Tango Restaurante Bodegón, ha dado de comer a decenas de personas cada día desde que se decretó el Estado de Alarma

Pocos días después de decretarse el Estado de Alarma, Gerardo Di Cunto, chef del Tango Restaurante Bodegón, en la calle Blanquerna de Palma, empezó a dar de comer a más de 40 personas que no tenían un plato caliente que poner sobre su mesa.

Un cartel fuera de su restaurante y a través de Redes Sociales que decía así «Cocinamos con amor. Estamos cocinando para el que más lo necesita. Si no tienes recursos o conoces a alguien que no los tenga, contáctanos. Siempre hay un buen motivo para cocinar». Y el motivo de Gerardo era que, con el Estado de Alarma, no tenía nada que hacer y podía cocinar gratis para quien no tuviese para comer.

A diario, ha estado dando de comer a más de 40 personas, repartiendo él mismo los platos que preparaba. Los fines de semana, además, hacía 40 comidas para SOS Mamás.

Y empezó a crearse una cadena de solidaridad: el Banco de Alimentos le proporcionaba alimentos para cocinarlos, la carnicería Los Almendros le daba carne y pollo, el IMAS recipientes de plástico para repartir las raciones, y personas anónimas que le ayudaban a repartir la comida.

Desde Servicios Sociales le derivaban a personas sin recursos para que, al menos, tuvieran su plato de comida caliente diario. Ese cocinado con amor por Gerardo.

Hacía poco que había abierto su taberna argentina en Blanquerna, el 2 de noviembre de 2019, y, cuatro meses después, bajar la persiana por la crisis del coronavirus, no es el mejor de los comienzos para un nuevo negocio. Gerardo dijo en COPE Mallorca que quizá su restaurante no siga tras esta crisis, pero que ya había cobrado sentido haberlo abierto, poder estar aquí y ahora para ayudar a la gente.

«Contagiar al resto, darle de comer a otra persona es el dinero mejor gastado del mundo», decía el chef en La Mañana en Baleares. Y también que es el momento de «derrotar el individualismo y la indiferencia hacia el otro, sentir el dolor del otro como propio».

Tanta generosidad, tanto esfuerzo, tanta solidaridad, tanta cocina con amor, para que hoy, 16 de junio de 2020, una llamada telefónica de un vecino del barrio recibida a primera hora alertara a Gerardo de que habían entrado a robar en su restaurante.

Esas cosas malas que le pasan a quien menos las merece. Una zancadilla injusta. Un bache en el camino de un chef, un restaurante que ha permanecido con los fogones encendidos por los que menos tienen.

Esa cadena de favores que Gerardo consiguió crear, es hora de devolvérsela. Y que todo lo que él ha dado, de forma altruista y sin esperar nada a cambio, le sea devuelto. ¿La mejor forma? Con clientela en su taberna argentina. Sentándonos en su terraza o degustando cualquiera de sus platos en esas coloridas mesas.

Porque como él mismo dijo, hay que derrotar la indiferencia hacia el otro, y no podemos ser indiferentes con quien tanto ha dado en los peores momentos de esta crisis sanitaria.