Tras los ajustes, las tarifas argentinas están entre las más altas de América Latina


El gobierno se enredó en la última semana en en una  dura batalla para defender sus aumentos de tarifas, que hasta los socios de la coalición Cambiemos, consideraron desmedidos. El discurso oficial para justificar el ajuste es que en la Argentina la luz y el gas estaban «regalados» y esta es una de las causas del déficit galopante, que mantiene a la macroeconomía en una situación delicada.


Sin embargo, tras las últimas subas de tarifas que dispuso la cartera que conduce Juan José Aranguren, la Argentina volvió a confirmar que es un país de extremos y pasó de ser uno de los estados con servicios más baratos -en algunos casos las tarifas eran ridículas-, a ser uno de los más caros.

Según un estudio del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda, el peso de los servicios públicos sobre el salario mínimo pasó a representar del 6% en 2015 al 21% en 2018, trepando al tope en América Latina.

En línea con estos números se ubican los datos de la consultora Kantar Worldpanel, según la cual, los sectores de bajos recursos («bajo superior» y «bajo inferior») destinan el 5% de sus ingresos al pago de transporte y el 14% hacia los gastos de luz, gas y agua corriente, lo que deriva en un 19% para el total de ambos ítems.


Tras los últimos tarifazos, el peso de los servicios públicos sobre el salario mínimo pasó de representar el 6% en 2015 a un 21% en la actualidad. Y todavía quedan pendientes varios ajustes para este año.


De esta manera, los argentinos se ubican como los terceros en la región que más gastan en servicios públicos en relación a sus salarios. El primer lugar le corresponde a Venezuela con un 33% -aunque la existencia de diversos tipos de cambio complejizan la lectura-, le sigue Chile con un 23% -que presenta tarifas similares a las nuestras, pero con un menor salario mínimo- y por detrás de Argentina se encuentra Brasil (19%), Ecuador (19%) y finalmente Uruguay (14%).

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