María Eugenia Vidal no quiere saber nada con la idea de ser candidata a vicepresidenta de Mauricio Macri en 2019, una alternativa que trascendió en los últimos días con el aparente objetivo de asegurar la reelección del Presidente, y que implicaría que Marcos Peña se mude a la Provincia de Buenos Aires.
La posibilidad de repetir en 2019 la fórmula Macri-Vidal que se impuso en 2011 en la Ciudad de Buenos Aires apareció en los medios este fin de semana, presuntamente filtrada desde la Casa Rosada. La estrategia se cerraría con una candidatura a gobernador bonaerense del jefe de Gabinete.
Fuentes de la Provincia consultadas por LPO dijeron que Vidal no quiere saber nada con este intento de «michettización». Es que en el entorno de la gobernadora recuerdan que Gabriela Michetti era por lejos la dirigente con mejor imagen de la Ciudad y se terminó diluyendo como vicepresidente, un cargo que no posiciona políticamente.
En el vidalismo repiten que la idea es ir por un segundo mandato en la Provincia, motivados sobre todo por la resolución del conflicto por el Fondo del Conurbano que les da la posibilidad de tener mayor margen para gobernar. Después de haber destrabado esa deuda histórica, no quieren dejarle la mesa servida a Peña, cuando «quizás la Provincia tiene superávit por primera vez desde Bartolomé Mitre», como dijo una fuente bonaerense a LPO.
En contrapartida, Vidal sabe que el segundo mandato de Cambiemos en Nación será mucho más duro y sin margen para continuar con el gradualismo, ya que se acota la posibilidad de seguir financiándolo con deuda externa. Esto se traduce en la necesidad de aplicar, finalmente, un ajuste muy fuerte de las cuentas públicas.
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