Lanús vivió una noche soñada, pero amaneció con un dolor en el cuerpo y un nudo en la garganta. Este miércoles por la mañana, a los 69 años, falleció Ramón Cabrero, ídolo y pieza fundamental para este presente del Granate.
Nació en España (el 11 de noviembre de 1947, en Santander), pero Lanús lo adoptó como hijo pródigo. Inició su carrera como futbolista profesional en la entidad del Sur, logrando muy buenas actuaciones, lo que le valió ser transferido a Newell´s y luego volver a su tierra natal para jugar en Atlético Madrid, Elche y Mallorca.
Sin embargo, el idilio con los simpatizantes de Lanús se incrementó a partir de 2006, cuando asumió -primero como interino- la conducción técnica del equipo. Ramonín apostó por «los pibes» del club (Rodrigo Archubi, Lautaro Acosta, Diego Valeri, Sebastián Blanco, Agustín Pelletiero, Agustín Marchesín y Diego González, entre otros), lo propulsó a los primeros planos y en diciembre de 2007 escribió una de las mejores páginas en la historia de la institución: el 2 de diciembre de ese año igualó con Boca en La Bombonera y gritó campeón del fútbol argentino por primera vez en la historia.