RUBIO,  DE OJOS CELESTES

*Por  Miguel Ángel de Renzis

El domingo 3 de diciembre de 1995 la Bombonera estaba colmada. Ese día el puntero del campeonato, Boca Juniors, dirigido por Silvio Marzolini, recibía al Racing Club. Los socios aplaudían a rabiar cuando se anunciaba a Diego Armando Maradona en el equipo local.

Su arquero, el “Mono” Navarro Montoya, mantenía un record de 670 minutos con el arco invicto. En 16 partidos solamente le habían hecho a Boca seis goles.

El presidente de Boca, el radical Antonio Alegre, se presentaba para la reelección, acompañado del comunista Carlos Heller que por entonces era uno de los vicepresidentes de los tres que el P.C tenía en los clubes grandes. Los otros dos eran Máximo Sabat en River y el escribano Fernández Arzuaga en Independiente.

Era el día ideal para votar: Boca puntero del campeonato. Enfrente, Mauricio Macri, a quien Alegre y Heller denunciaban que usaría a Boca para su trampolín político.

Comenzó el partido. A los 4 minutos se cayó el primer invicto, el arco de Boca. A los 13 del primer tiempo Racing lo goleaba 3 a 0. Al final, le haría 6 goles al puntero del campeonato en su propia casa. Tres de Rubén Tapia, dos del “Piojo” López y uno del Chelo Delgado.

El final fue 6 a 4.

En aquella época iba el público visitante y en la tercer bandeja la “guardia imperial” gritaba  “…no sufran más… vayan a votar… por el presidente de Bolivia y Paraguay”

Hoy hubiese significado una sanción para el club de Avellaneda por discriminación.

El estadio de Boca en silencio. Y con apenas 7000 votos y un operador en la sombra, el Coti Nosiglia, Mauricio Macri sacó el 61% de los votos emitidos y se transformó en presidente de Boca.

Antonio Alegre, un austero dirigente que Alfonsín había hecho presidente del Banco Nación, le dejó tomar vuelo a Carlos Heller que, entre los errores cometidos, le alquiló los terrenos de la Ciudad Deportiva a la Unión Soviética, y la bandera roja con la hoz y el martillo en amarillo había reemplazado a la argentina y a la de Boca.

Ese mismo día, en nuestro trabajo de relator deportivo, ocupábamos una de las cabinas que los viejos palcos de Boca otorgaban a las radios. Mientras los hinchas sufrían el resultado frente a Racing un agitado señor rubio de ojos celestes entró atropellando a propios y extraños, preguntando por la cabina de radio Mitre y por el entonces empleado del Grupo Clarín, el narrador uruguayo Victor Hugo Morales.

Macri, ignorando a todos los demás, quería hablar por la radio de Clarín.

En ese momento y no ahora nacía el nuevo Macri.

El empresario tenía su primer baño popular con 7000 socios que lo respaldaban.

La prensa canalla quiere instalar en la sociedad que hay un nuevo Macri, por el solo hecho de haber tomado una disposición administrativa de cesantear a dos funcionarios que él mismo había nombrado y por avalar una picardía judicial para sacarse de encima al cuestionado Freiller con ayuda de la Corte Suprema.

Nos quieren hacer creer que ahora va contra todas las mafias y hasta justifican la payasada del rabino Bergman disfrazado de árbol como si fueran los brotes verdes de la economía.

No es cierto. Macri siempre fue rubio y de ojos celestes.

Macri es el mismo que con Gustavo Arribas vendieron a Carlos Tevez al Corintians sin que llegara todo el dinero a Boca, es el mismo de los Panamá Papers, el del Correo, el procesado por contrabando y también por espionaje.

Siempre fue rubio y de ojos celestes.

Al triunfo de Racing le siguió otro de Estudiantes de La Plata, y el campeón fue Velez con Bianchi de director técnico. Lo primero que hizo el presidente de Boca fue llevarse el técnico del campeón.

Y en simultaneidad tiró los viejos palcos de Boca y construyó los nuevos ocupando espacio municipal sin permiso.

La administración de Ibarra lo dejó pasar porque se trataba de Boca, el club más popular. Pero en realidad no era Boca, era Macri, acostumbrado a hacer lo permitido y lo que no.

No hay un nuevo presidente de la Nación. Es el mismo rubio de ojos celestes.

La misma prensa canalla se fagocita diciendo que no es peronista. Sin embargo Mauricio al único partido que estuvo afiliado antes del PRO fue al justicialismo. Lo afilió en Misiones Ramón Puerta, actual embajador argentino en el reino de España, socio de Macri en negocios en aquella provincia, que iban a utilizar el domicilio comercial de Posadas para una supuesta candidatura a senador nacional por el PJ de Misiones.

Macri nació en Tandil y también pensó en ser candidato en Buenos Aires. Lo hablaron con Eduardo Duhalde. Y por último optó por su domicilio de Capital.

La prensa canalla imagina lo que no va a ocurrir, y se fagocitan cuando el rubio de ojos celestes dice que va contra el modelo sindical.

Esa misma prensa que se entretiene en contar los que no fueron a la plaza, en lugar de hablar de los 250.000 que se movilizaron.

Ojalá hubiese un nuevo Macri. Porque entonces el Fondo Monetario y el Banco Mundial no lo estarían alabando.

Mientras tanto, el frustrado socio de negocios de otras épocas, el “loco” Trump, lo deja pegado con el biodiesel.

La prensa canalla nos quiere convencer a todos que a pesar de tener un déficit comercial de 4500 millones de dólares en siete meses, es decir, donde importamos más de lo que exportamos, ese es el buen camino. Sin embargo, hay algo para festejar: el aumento del gas se podrá pagar en cuatro cuotas, y después de las elecciones se viene el resto de los aumentos.

Macri siempre fue rubio de ojos celestes, y siempre fue el mismo. Pero si la economía sigue así todos, él y nosotros, nos la vamos a ver negra.

La seguimos el lunes a las 6 por AM 650 Radio Belgrano.