En el cierre Macri esquiva el Conurbano y prepara el escenario de un triunfo «nacional»


El partido definió que participe de actos en Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y el interior bonaerense.


Mauricio Macri esquivará el Conurbano bonaerense en el cierre de la campaña electoral de Cambiemos y se mostrará en el interior del país en un intento por quitar la atención de la provincia de Buenos Aires, en donde el Gobierno ya empieza a reconocer que es posible un triunfo de Cristina Kirchner.

Según confirmaron a LPO desde el comando de campaña del presidente, en la última semana antes de la veda electoral del viernes 11, Macri va a estar en Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y en Azul, una localidad del interior bonaerense, donde Cambiemos mantiene una buena base electoral y en la que el macrismo ha decidido recostarsesobre el final de la campaña.

Como explicó LPO, el cierre de María Eugenia Vidal con los candidatos podría realizarse en Mar del Plata, aunque eso aún no está definido.

Peña también comenzó en los últimos días un raid por el interior y pasó por Tucumán, Santiago del Estero, Entre Ríos, Santa Fe y distritos del interior de la provincia de Buenos Aires. El jefe de Gabinete sutilmente dejó de poner la pelea bonaerense en el centro del discurso oficial y en una entrevista exclusiva con LPO anticipó el nuevo discurso: Aunque gane la provincia, Crtsina Kirchner es «apenas» el 12 por ciento del electorado del país.

Prácticamente todos los sondeos dan primera a Cristina por encima de Esteban Bullrich y por eso en el Gobierno ya definieron hace semanas que la estrategia será nacionalizar la elección. En el Gobierno incluso ya activaron esa estrategia en las redes sociales, donde la maquinaria de cuentas que manejan empezaron a instalar la idea de que el triunfo de Cristina es secundario ante la consolidación de Cambiemos como primer fuerza nacional, ante la división del peronismo que impide concentrar todos los votos que saquen en un sello común.

Además de evitar el Conurbano, en donde como explicó LPO el Gobierno ya no tiene expectativas y se lo entregó a Cristina, la Rosada quiere desligarse así de la posible derrota en la provincia, un territorio en el que en todo caso para la Casa Rosada, quien deberá dar explicaciones es Vidal. Una coartada muy poco generosa pero que está signada por una disputada interna que ya se disparó: los proyectos presidenciales del PRO, que esperan heredar a Macri.