Para la industria y el campo, el dólar más alto no soluciona los problemas de competitividad


Urtubey de la UIA y Etchevehere de la SRA coincidieron en la necesidad de mejoras estructurales.


El dólar llegó a $17,20 este martes. Hace siete días cotizaba $16,50 y una semana atrás, cuando comenzó la subida más abrupta de la divisa desde que asumió Macri, estaba $16,35. Esta suba de casi un peso por dólar debería traer alivio, aunque sea transitoriamente a los sectores más golpeados por el atraso cambiario.

«Ver la competitividad a partir del tipo de cambio es un error histórico», dijo a LPO José Urtubey de la Unión Industrial Argentina.

n un principio el mercado no esperaba que la suba se sostuviera y atribuían la mayor parte del alza a la volatilidad del tipo de cambio. Sin embargo, las declaraciones del jefe de Gabinete de este mediodía ratificaron que buena parte del aumento llegó para quedarse. Para fin de año, ahora el mercado negocia un dólar a $18,43, sesenta centavos más que hace algunas semanas.

Para los comerciantes, la corrección cambiaria puede ser significativa. En especial para el turismo de consumo a países limítrofes, quienes más notan las caídas en las ventas minoristas. Sin embargo, tanto las economías regionales, el campo y la industria -sectores que también señalaban al atraso cambiario como un aditivo al parate de la economía- consideran que el dólar no es la variable relevante a la hora de hablar de competitividad.

«Ver la competitividad a partir del tipo de cambio es un error histórico», dijo a LPO José Urtubey de la Unión Industrial Argentina. «Tenemos que pensar en la competitividad desde un punto de vista sistémico. Hoy me preocupa más encontrar una solución a la falta de dinamismo en la actividad económica, la presión tributaria excesiva y el escaso financiamiento productivo a tasas razonables», aseguró el dirigente industrial.

«Ver la competitividad a partir del tipo de cambio es un error histórico», dijo a LPO José Urtubey de la Unión Industrial Argentina.

Consultado respecto de la variación registrada en las últimas dos semanas, que implicó un salto de 5,2% en la cotización del dólar, el referente industrial aseguró que «No mueve el amperímetro para la competitividad sistémica. Hay sectores que son insumo-importado-dependientes y otros que son exportadores. La competitividad debe ser tanto para unos como para otros y mejorar las condiciones para la matriz industrial en su conjunto depende de otras cuestiones».

En este punto coincidió esta tarde el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luis Etchevehere, quien en lugar de hablar de «competitividad sistémica» habló de «competitividad estructural» basada en la estabilidad cambiaria y razonabilidad impositiva y de los costos de producción.

En diálogo con la prensa durante la presentación del Premio de Palermo, sostuvo que la producción agropecuaria requiere atender la situación de la «competitividad estructural» sin tocar «la cotización del dólar» y estimó que la prioridad pasa por la «estabilidad monetaria e impositiva» y la apertura de nuevos mercados vía nuevos acuerdos comerciales.

«Independientemente de la cotización del dólar estadounidense apostamos a la búsqueda de competitividad estructural. Y allí que suba y baje el dólar tiene que ser una anécdota. Lo que le da previsibilidad al campo, a muy largo plazo, es que las cuestiones estructurales (de la economía) estén dominadas», explicó Etchevehere.

Según el titular de la Sociedad Rural, el principal reclamo sectorial pasa por la necesidad de contar con «estabilidad monetaria», también para la «cuestión impositiva» y con insumos o costos, tal como sucede con el combustible, a «precios similares a los países que compiten con Argentina».

Ponderó también la necesidad de «trabajar» la búsqueda de competitividad a través de acuerdos comerciales, tales como los que podría cerrar el Mercosur con la Unión Europea y este bloque regional con la Alianza del Pacífico o bien con Asia, incluso China.

«Hay que tener un sistema impositivo que estimule la inversión, o bien que no lo ahogue o perjudique. La decisión del gobierno de reducir desde enero un 0,5 por ciento mensual (la retención a la exportación de soja, hoy en el 30 por ciento) trae previsibilidad, ya que así el productor sabe al momento de sembrar cuando podría valer su producción», aseguró el referente rural.