Seis distritos de la Cuarta con niveles de arsénico diez veces mayor al permitido

Junín, Chacabuco, General Pinto, Pehuajó, Carlos Casares y 9 de Julio son de los distritos con mayor cantidad de arsénico en agua, con números que oscilan entre los 50 y 100 mg/l, y en algunos casos incluso superan ese número. Estos valores son diez veces mayores a lo establecido por la OMS.

Alrededor de 4 millones de argentinos viven en zonas con altas concentraciones de arsénico en aguas subterráneas. Así lo afirma un estudio realizado en Argentina y publicado en la revista científica Science of the Total Environment, que advierte que la exposición a este elemento químico constituye una amenaza para la salud de la población porque se lo asocia a cáncer (de piel, pulmón, vesícula y riñón), enfermedades neurológicas y cardiovasculares y problemas durante el embarazo, además de otras enfermedades benignas.

Los datos surgen de la primera revisión sistemática de la epidemiología del arsénico en Argentina, investigación que fue realizada por el Centro Cochrane Argentino IECS, una institución académica afiliada a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que se dedica hace 14 años a investigación en salud.

Según este estudio, el 87% de las muestras de agua de consumo de la provincia de Buenos Aires en áreas endémicas (zonas conocidas como problemáticas por este tema) contiene esta sustancia en niveles elevados.

Y de acuerdo a la presentación, a la que tuvo acceso este medio, Junín, Chacabuco, General Pinto, Pehuajó, Carlos Casares y 9 de Julio son de los distritos con mayor cantidad de arsénico en agua, con números que oscilan entre los 50 y 100 mg/l, y en algunos casos incluso superan ese número. Estos valores superan diez veces más a lo establecido por la Organización Mundial de la Salud y el Código Alimentario Argentino (10 mg/L). En tanto, con valores que varían entre los 10 y los 50 mg/l están Bragado y Lincoln.

“El arsénico es un enemigo invisible porque es un elemento de origen natural que está en la corteza terrestre. Eso hace que las aguas subterráneas y superficiales del planeta estén contaminadas por esta sustancia. El desconocimiento general sobre este tema es muy grande. La gente no sabe que, en algunos lugares, el agua que se obtiene al abrir la canilla (y que se utiliza para beber, regar y cocinar) tiene altas concentraciones de arsénico. En 1993 la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció que, para el consumo, la cantidad de arsénico por litro de agua no debe superar los 10 µg (microgramos). Sin embargo, en ciertas regiones argentinas ese límite se supera ampliamente”, advierte el Dr. Ariel Bardach, epidemiólogo, investigador del Centro Cochrane Argentino IECS y autor principal del artículo publicado por Science of the Total Environment.

En las 15 páginas del artículo publicado por Science of the Total Environment, se lee: “La mayor concentración de arsénico en agua está en la región Chacopampeana (provincias de Chaco, Santiago del Estero, Córdoba, Tucumán y Buenos Aires), en el Noroeste (Salta y Jujuy) y en Cuyo (Mendoza, San Juan y San Luis).” El estudio contiene, además, un mapa de las localidades bonaerenses donde se detectaron niveles elevados de arsénico.

“La mayor parte del agua de la corteza terrestre de la provincia de Buenos Aires supera el límite de arsénico de 10 µg/L, con lo cual no resulta apta para el consumo. Concentraciones mayores, de más de 50 µg/L, se registran principalmente en el norte de esa provincia, en localidades como Suipacha, 9 de Julio y Chacabuco”, señala el artículo.

Bardach y Ciapponi afirman: “Las localidades que presentan altos niveles de arsénico en el agua deben realizar un tratamiento especial para eliminar el contaminante del agua y adquirir la calidad necesaria para ser potable. Algunas localidades cuentan con plantas potabilizadoras y otras no”. Por eso el artículo señala que se debería crear “un cuerpo multidisciplinario de gobierno que enfrente a este problema desde distintas áreas (epidemiológica, tecnológica, etc.)”.

Nota: Cuarto Político