Salta: Mataron a un cóndor especie protegida internacionalmente

Dique Cabra Corral Ampascachi.

MATARON A UN CÓNDOR.

Un malviviente mató a un Cóndor con un disparo y luego lo colgó en un árbol.

El hecho habría ocurrido a comienzo de esta semana, cuando dos hermanos realizaban un paseo por el Dique Cabra Corral a la altura de la playa Ampascachi, donde se encontraron con la trágica escena. El Cóndor es un ave emble­má­ti­ca y está pro­te­gi­da internacionalmente por­que es una es­pe­cie en pe­li­gro de ex­tin­ción; es el ave vo­la­do­ra más gran­de, Exclusivamente carro­ñe­ra (que se ali­men­ta de ani­ma­les muertos)”.

Uno de los hermanos de un testigo se comunicó con un corresponsal de este medio y manifestó: «Espero que se haga justicia por lo que hizo con este animalito, esta persona No debería vivir, yo se que tiene animales por la zona pero hay dos testigo quienes saben como mató a este cóndor, por lo que me comentaron primeramente se escuchó un disparo y luego cuando se arrimaron al lugar del hecho a lo lejos lo vieron como lo colgaba».

Las causas que hacen a la retracción de esta especie están ligadas a la actividad humana. La errónea creencia que el Cóndor mata el ganado para comer, cuando en realidad es carroñero, ha hecho que se lo considere una plaga y que se lo mate injustificadamente. Así mismo cabe destacar que su poderoso pico, juega un papel fundamental en la cadena alimenticia, dado que es el encargado de abrir los cueros de grandes animales muertos, permitiendo de esta manera, que otros carroñeros menores, puedan acceder al recurso alimenticio.

Fuente: Prensa La Viña Guachipas.

con-dor

La muerte del cóndor, entre el dolor y el riesgo del exceso

La secretaria de MEDIO AMBIENTE, Irene Soler, informó ayer sobre un intenso rastreo coordinado con las fuerzas policiales para dar «con los responsables de este aberrante hecho».
El «aberrante hecho» es la muerte a balazos de un cóndor andino en La Viña, que luego fue colgado de un árbol. La información da cuenta de que hay dos sospechosos investigados y que, si se comprobara su culpabilidad, deberían pagar la friolera de hasta $2.000.000, equivalente a 100.000 litros de nafta súper.
La pesquisa parece difícil, al menos de acuerdo a la experiencia reciente: a pocos kilómetros de allí, en un incendio de pastizales, hace dos años murieron cuatro rescatistas en circunstancias que encuadran en lo que se llama «estrago doloso» y el hecho continúa impune.
No hay razones para matar a un cóndor, ni para hacer daño a ningún animal. La sociedad no puede permanecer impávida ante la imagen del ave emblemática de los Andes muerta porque sí. Pero humanizar a los animales es un exceso que merecería más atención de la que le prestan los fundamentalistas del naturismo o el veganismo.
El zoológico de Buenos Aires, denostado livianamente por esos supuestos defensores de los animales, desarrolló una tarea extraordinaria para rescatar la especie. Es la entidad que devolvió al cóndor Luracatao a su medio y que, durante décadas, empolló artificialmente huevos de cóndor para luego liberarlos en la montaña. Una tarea similar hizo con los huevos de yacaré, para devolver ejemplares al medio.
Quien mató al cóndor en La Viña probablemente no conozca estos esfuerzos. Quizá se trate de una persona acostumbrada a matar -sin culpa- a los animales silvestres. Por otra parte, seguramente no cuenta con los 2.000.000 de pesos para la multa. Matar un cóndor es un acto de crueldad, pero no puede equipararse a un homicidio.
Ocurre algo parecido con los caballos y los carreros: más importante que la condición de los animales es la grieta social que revela el conflicto.
La prohibición de las carreras de galgos, hace una semana, generó enfrentamientos violentos en las calles. Quien haya visto correr a un perro de ese tipo sabe que no sufren por hacerlo. Prohibir esa actividad, o la riña de gallos y no hacerlo con el boxeo o las artes marciales mixtas es contradictorio, o deshumanizante. El fervor por estos nuevos sentimientos desliza la negación de la condición animal. Hasta se promocionan dietas vegetarianas para perros.
La muerte del cóndor es un hecho aberrante, pero sigue siendo, solamente, la muerte de un ave.
Francisco Sotelo  para El Tribuno