Valles Calchaquíes: Un viento huracanado hizo volar el techo de una escuela

Necesita reparaciones urgente.

Fue el martes en el paraje Cortaderas, a 35 kilómetros de Payogasta, en Cachi. Un sector del albergue quedó a cielo abierto.

Ocurrió el martes 1 de noviembre, a la hora de la merienda. Como si todas las almas se hubieran congregado en su día para batirse con furia sobre el paraje Cortaderas, una nube blanca hecha de viento bajó del cielo y causó pánico a los pocos que habitan esas soledades de los VALLES CALCHAQUÍES.

Los daños fueron solo materiales y El Tribuno llegó hasta el lugar, a 35 kilómetros de Payogasta, para escuchar a su gente.
«Acá corre viento constante y fuerte, pero eran las 17.40 horas aproximadamente y sentí que corría con más fuerza, entonces fui a arriar la bandera para que no se rompa y, cuando estaba a mitad del mástil, bajó una nube blanca desde las ruinas que se mostró como un huracán arremolinado que sobrevoló el río, se metió por las lomadas de enfrente», contó el director del colegio secundario 5219, Raúl Ernesto Nieva.
Los vecinos del paraje Punta de Agua (a 3 kilómetros de Cortaderas), lo describieron como una masa blanca y móvil que surcaba el firmamento a gran velocidad. Lo clasificaron como un tifón que levantó las chapas, el cielo raso y quebró mampostería de la escuela albergue 4.575 del paraje Cortaderas (donde también funciona el secundario 5.219), e hizo flotar por el aire la ropa de los chicos que allí se albergan. Hubo otros destrozos menores pero todos agradecen estar a salvo y que no hayan víctimas que lamentar.

Sin embargo, el sector de varones del albergue quedó a cielo abierto y necesita reparaciones urgente.
Carlos Dante Ramos, director de la primaria 4.575 de esta castigada localidad, contó que la escuela tiene 32 alumnos de los cuales 15 se albergan de lunes a viernes en el establecimiento por razones de distancia. «Estamos lamentando este viento tan fuerte que hubo acá y que dejó sin techo el sector de varones del albergue donde duermen 7 chicos y ahora se tendrán que amontonar en otro lugar.

Hemos improvisado para ellos un aula porque se levantó el techo, se volaron las chapas y se quebró la mampostería», detalló.

 

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El maestro agregó: «No hubo heridos porque afortunadamente fue alrededor de las 17.40 horas, cuando no están en los dormitorios; contra la naturaleza no se puede ir, pero fue una situación grave y esperamos que los funcionarios del Ministerio de EDUCACIÓN, las autoridades de la comuna, diputados y senadores puedan ayudarnos para normalizar la vida de estos niños que necesitan el lugar para albergarse y la escuela en buenas condiciones para aprender. Necesitamos una solución rápida».
Sobre la accesibilidad y las comunicaciones en este lugar, Ramos dijo que «la vida en Cortaderas es muy difícil. Estamos a 200 kilómetros de la ciudad de Salta y, paradójicamente, en este mundo tecnológico estamos incomunicados porque no tenemos señal para usar los celulares y, en situaciones como esta, tarda la ayuda en llegar porque todos tardan en enterarse de lo que pasa acá. Sería bueno que quienes tienen esta función se ocupen del tema de las comunicaciones en este lugar».

Finalmente, el director remarcó: «La escuela necesita antes que nada que se arregle lo que se acaba de destruir, que es el albergue. Y una vez que eso se concrete, sería muy beneficioso que la escuela contara con un playón deportivo para que los chicos practiquen algunas disciplinas».

Fuente: El Tribuno de Salta