Husni – Conflicto y crisis. Conflicto y cambio. Construcción y deconstrucción.

Se asocia al conflicto lo negativo. Son situaciones en las que dos o más personas entran en desacuerdo porque sus intereses, necesidades, deseos, posiciones y valores son percibidos como incompatibles. En los conflictos juegan factores muy importantes como emociones y sentimientos y la relación entre las partes puede quedar fortalecida o deteriorada según sea la resolución del conflicto.
En toda conversación hay diferentes versiones, esto se debe a que las personas cuentan con distinta información, distintos intereses y distintas conclusiones que resultan de la combinación de las dos primeras nombradas.
El conflicto forma parte de la vida diaria. Supone emotividad: puede derivar en agresividad por falta de elementos mediadores para resolverlo.
Ocurre la violencia cuando no podemos poner en palabras las emociones y sentimientos. Y se produce el abuso de poder. Es favorecida por el clima institucional, la falta de diálogo, de competencia y la discriminación.
El conflicto se presente en el ámbito personal (dos o más necesidades simultáneamente), en el interpersonal, en el intragrupal y en el intergrupal (en estos tres se da: ante un mismo objetivo hay intereses incompatibles).
Mapa de conflicto hay tres elementos a tener en cuenta: las personas (quiénes están implicados, de qué manera percibe cada cual el problema, cómo se sintieron, qué necesidades o intereses estaban en juego), el problema (lo que pasó, qué es más importante para cada cual, qué propone cada cual para resolverlo) y el proceso ( qué ocurrió según cada cual, de qué manera se comunican, quién habla, cómo lo hace, cómo enfrenta el conflicto cada parte: competencia, compromiso, acomodación, colaboración).
Las causas pueden ser: percepciones diferentes, metas y/o expectativas y/o valores contrapuestos, comunicación distorcionada, recursos diferentes.
El conflicto puede ser visto así como proceso, no sólo como situación conflictiva. Su resolución también es un proceso. A veces se genera por una simple mala comunicación, pero en todos los casos se resuelve o diluye a partir de una buena comunicación.
Ciclo del conflicto.
Las creencias y actitudes afectan la forma de actuar frente al conflicto, y están influenciadas por: los padres, los maestros, los medios, la experiencia propia y la cultura.
Cuando el conflicto es visto como peligroso, se intenta arreglar de cualquier manera, se lo suprime o evita, se controlan las emociones, habrá quien gane y quien pierda, no se coopera. Hay actitudes que empeoran el conflicto: intimadación, acusación, amenazas, resentimiento, recuerdo de errores y fracasos, la generalización (todo, nunca), el contraataque, la arrogancia y la prepotencia. Y aumentará cuando se involucren terceros, no hay interés en la relación, hay manifestaciones hostiles, falta de conciencia de las habilidades que tienen para resolver.
Cuando es visto como oportunidad: hay un problema por resolver, se atienden a las emociones porque brindan información importante, cada cual tiene derecho a elegir su reacción frente al conflicto, hay variadas soluciones posibles, la habilidad para comunicar acrecienta la posibilidad de resolverlos, es posible que ambas partes ganen. El conflicto puede decrecer cuando: los involucrados se centren en el problema, las emociones se expresen directamente, no haya amenazas, cooperen, cuando utilicen sus habilidades para llegar a un acuerdo.
Una resolución pacífica no violenta de los conflictos se puede aprender cuando se pueda ver que: el problema no está en la presencia de conflicto sino en la respuesta que damos, la diversidad es un valor positivo, ya que se puede aprender acerca de otros y de nosotras mismas, el conflicto tiene valor positivo ya que tiene elementos para su resolución.
Modo de afrontarlos:
Competición (alguien gana y alguien pierde): la persona busca satisfacer sus propias inquietudes a costa de la otra persona. Frente al conflicto hay personas que solo pueden salir vencedoras. Siendo la competencia su forma de vida, ejerciendo presión sobre los más débiles y hacia quienes no soportan las situaciones conflictivas.
Acomodación (alguien gana y alguien pierde): opuesto a competencia. La persona por miedo al cambio o al desorden se adapta, descuidando sus propios intereses, a fin de satisfacer los de la otra persona. La persona aguanta los deseos de la otra, hasta que no puede más, entonces se destruye o destruye a la otra.
Evasión (pierden ambas): la persona evita hablar del tema pretendiendo que no sea tal, por pudor, por temor a ser incomprendida. En esta forma de afrontar el conflicto, ni la relación ni los objetivos salen bien parados.
Colaboración-compromiso (ambas partes ganan, hay negociación): en este modelo, los objetivos son muy importantes, pero la relación tiene mucho peso. Como resulta muy difícil llegar a la cooperación plena, se platea que ambas partes ganen en lo fundamental. Cuando alguna de las partes no logró ganar en lo fundamental, se pasa al modelo de competición o acomodación.
En este esquema ninguno de estos modelos se da de forma pura y única. Podría decirse que, en circunstancias donde lo que está en juego no tiene importancia, y la persona con la que se está en juego es alguien que apenas conocemos, probablemente la mejor opción sea evitar el conflicto. Asimismo, cuánto más importancia tengan los objetivos y más importante sea la relación, se tendrá que aprender a cooperar. Las formas de resolución en las que una de las partes pierde y la otra gana, no servirán y terminarán en una situación en la que ambas partes pierden.
En la crisis, existe un estrés insoportable, por fuerzas intrínsecas y extrínsecas.
Puede ser vista tanto como peligro como oportunidad. Hay un cambio inminente. Las respuestas ante la crisis pueden ser: esperar que los cambios ocurran, intentar dirigir el cambio, encontrar alguien a quien culpar, pedir ayuda para impedir el cambio.