Por primera vez tras su segundo brote psicótico, Matías Alé (39) visitó un programa de televisión. Ya había hablado en Infama (América, a las 16.30), pero aún no había pisado un estudio. Y lo hizo en el programa de Susana Giménez, uno de los ciclos más vistos de la Argentina.
Apenas comenzó la nota, definió a su enfermedad como «una gran piedra» que le «puso la vida». «Estoy feliz de que me haya pasado, porque aprendí», agregó, algo nervioso.
Alé tuvo un brote místico a fines de junio. Fue el segundo, luego del que sufrió en noviembre del año pasado y por el que tuvo que internarse en la clínica Avril. Mientras se recuperaba, se llevó una sorpresa: Florencia Maggi, una mediática, aseguraba estar embarazada de él. La gestación finalmente no prosperó.
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Lejos de guardarse preguntas, Susana le consultó todo. Y Matías, en vez de enojarse, se soltó y contó cada detalle. Entre otras, explicó qué sintió durante sus brotes místicos. «Yo me creía que era Dios. Bendecía a la gente. Tiraba aerosol en la cabeza creyendo que era Dios. Era un loco lindo. Igual, creo que el 90% de la población humana tiene un grado de locura», aseguró Matías. Además, sumó: «Fui consciente todo el tiempo. Pero no podía parar. ¿Si sigo con la religión? No. Dejé todo. Ahora creo en mí, en mi fuerza de voluntad. Me amigué con la medicación».
Luego, Alé afirmó que aún los médicos no lograron determinar qué fue lo que tuvo. «En un principio había sido una especie de bipolaridad. Pero como nunca había tenido esos antecedentes, no lograron determinar lo que yo tengo. El brote psicótico con delirio místico se tiende a dar en edad más tempranas», explicó.
Sobre las versiones que aseguraban que había tenido con las drogas, el actor fue categórico: «Lo niego rotundamente, te agradezco que me dejes decirlo. Me dijeron que tuve una especie de tsunami y que la segunda ola que tenía que venir, me tenía que pasar», cerró.