Luján: Bomberos atendieron un parto

Bomberos atendieron un parto en la  localidad de  Cortínez

Ocurrió el viernes a la mañana. Cuando la ambulancia llegó al lugar, la joven estaba en el proceso final del nacimiento. «Estamos acostumbrados a los tragos amargos por lo general. Esto es  algo gratificante», contó Raúl Suárez, uno de los Bomberos que participó.

Cuando a las 10 de la mañana del viernes ingresó el alerta al Destacamento de Bomberos de Pueblo Nuevo, los tres servidores que partieron en una ambulancia creyeron que se trataba de un trasladado de rutina. Un llamado a través del 911 daba cuenta de una mujer embarazada descompuesta. Sin embargo, al llegar al lugar, debieron transformarse en prácticamente en obstetras.

Será un día que Raúl Suárez, Luis Córdoba y Nicolás Cvitanich no se olvidarán fácilmente. “Tenemos tragos amargos por lo general. Nunca algo así”, explicó el primero de ellos en diálogo con EL CIVISMO Digital.

Al llegar a la humilde vivienda de la localidad de Cortínez, ya se encontraba el patrullero de la zona. “En la casa, la parturienta ya estaba haciendo trabajo de parto. Nos encontramos con el bebé casi en brazos, así que asistimos al trabajo final de parto. En estos casos, es ayudar a finalizar el parto. Estamos capacitados para partos en emergencia, estabilizar al bebé y darle el calor correspondiente. Además, le hicimos el clamp en el cordón. Luego se hizo el traslado al Hospital Municipal”, detalló Suárez.

“Como no son partos controlados sino en emergencia, la mujer se encuentra un poco nerviosa por la situación. Además, tenemos que tomar los cuidados necesarios como asegurar la zona del bebé que no se golpee ni lastime. Sino el traslado ya nos sería igual porque se complica la maniobra. Así que la tranquilizamos y le fuimos explicando lo que íbamos haciendo en el lugar”, agregó. Así, Micaela de 20 años pudo dar a luz a un varón en su propia casa.

“Estos casos, se dan muy espaciados. En 16 años de servicio, es la segunda que me toca. Pero hay gente que se ha retirado del servicio y no ha tenido la oportunidad. Siempre se llega a trasladar a la mujer. Es muy raro trabajar en parto en emergencia. Por lo general, te llaman cuando se sienten descompuestas, no cuando están en proceso”, agregó Suárez.

Además, no pudo ocultar la emoción por la situación atravesada: “Es lo que rescatamos. En el camino de vuelta, no nos hablamos. Veníamos desconcertados, como en una especie de emoción. Si no trabajamos entre los fierros, es un paro o un accidente en particular. Estamos acostumbrados a los tragos amargos por lo general. Esto es algo gratificante. Así que no te das una idea la alegría y la emoción que nos dio”.

Como ejemplo, contó que minutos después, muy cerca del Destacamento, “tuvimos que atender a una criatura que lo había mordido un perro en la cara. Le desfiguró el rosto. Casi siempre son tragos amargos”, se lamentó.

Agustín Gigante para El Civismo