El primer ministro turco, Bilari Yildirim, ha informado que hay un intento de golpe de estado llevándose a cabo en Turquía, con maniobras militares no aprobadas por las cadenas de mando. Se ha decretado el toque de queda en todo el país y la imposición de la ley marcial. Detrás del golpe se encontraría una facción del ejército, que habría tomado el control a lo largo de la nación y que ha detenido tanto al jefe del Estado mayor como a diversos ministros. Fuentes presidenciales niegan la pérdida del control y afirman que no se tolerarán “intentos de minar la democracia”.
En un comunicado, desaprobado por el gobierno, los militares afirman que actúan para mantener el orden democrático, los derechos humanos y el Estado de Derecho. Apuntan que un Estado de Derecho democrático y secular ha sido erosionado por el actual gobierno de Recep Tayyip Erdogan, quien se encuentra de vacaciones y a salvo. Así, abogan por el establecimiento de un “Consejo de paz” que garantice la libertad de los ciudadanos sin importar su religión, raza o lengua.
El primer ministro Yildirim sostiene que “nada dañará la democracia turca” y ha llamado a la calma, si bien ha advertido a los responsables que “pagarán el mayor precio”. El primer ministro, incluso, ha llamado a combatir el levantamiento en caso de que la situación “sea seria”.