Piloto prófugo de la Justicia por narco cayó por llamar a prostitutas

John Hamilton Rojas Núñez (colombiano, 36 años) se ganó con esfuerzo el apodo de “El Piloto”. Experto en el manejo de avionetas –y con licencia comercial para tripularlas– puso su pericia al servicio de los narcotráfico, un negocio que lo llevó a recorrer toda América. Incluso la Argentina.

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Por meter 114 kilos cocaína a través de la frontera argentino-boliviana quedó involucrado en la megacausa conocida como “Fondo Blanco”. Desde octubre de 2013 tenía un pedido de captura de la Justicia Federal de Lomas de Zamora en ese expediente, en el cual cayeron otros colombianos, a muchos de los cuales la Policía fue a buscar a barrios tan exclusivos como Nordelta, en Tigre.

Por entonces, John Hamilton logró escapar de los 29 allanamientos ordenados por el juez Alberto Santa Marina. “El Piloto” volvió a Colombia, se instaló allí con su pareja e incluso continuó operando con bandas ecuatorianas, colombianas, panameñas y dominicanas para traficar cocaína hacia Estados Unidos. Finalmente, este jueves la circular roja de Interpol terminó por alcanzarlo, cuando se escondía en el Amazonas colombiano.

La historia de su caída es colorida, como suele ocurrir con todos los narcos colombianos: incluye una mujer despechada, una peligrosa debilidad por las prostitutas, y un vínculo con el “Clan Usuga”, la banda narco más importante de Colombia (antes conocida como “Los Urabeños”).

Según publica el diario Clarín, luego de que se hiciera humo a fines de 2013, Interpol recién se topó con pistas de este colombiano a principios de 2015: lo detectó trabajando para traficantes colombianos y panameños. Eran contactos que había cultivado una década atrás, que ya constaban en informes de la DEA en la causa del juez Santa Marina.

Al parecer las autoridades colombianas tenían pensado cercarlo cuando un episodio de violencia doméstica –golpeó salvajemente a su pareja– hizo que volviera a desaparecer.Entonces se refugió en Leticia, una zona de 40.000 habitantes ubicada en el extremo sur de Colombia, lindera con Perú y Brasil. Allí sólo se llega en bote o avión. “No existe ninguna carretera a Leticia, Amazonas”, advierten las guías turísticas.

Escondido en el Amazonas, Rojas Nuñez siguió teniendo contacto con su ex mujer y también con los narcos del puerto colombiano de Buenaventura, lugar estratégico de exportación de cocaína, donde los Usuga son dueños y señores. Para ese clan, “El Piloto” hizo de nexo con la Argentina luego de que su primer grupo de pertenencia, “Los Machos”, concretara una alianza con Darío de Jesús Usuga.

El Piloto” solía ir a esa iglesia con su madre, hoy detenida. Sus actividades aquí empezaron a descubrirse mediante escuchas. “Me queda como difícil ponerme a explicarle por acá, ¿usted me entiende?”, le dice a un contacto, en una charla telefónica. “¿Usted se acuerda de cuando nos conocimos, que yo estaba trabajando más de una modalidad?” , agrega, y menciona a la banda de “Los Machos”. “Esa modalidad, la que yo estudié, se volvió a abrir. Entonces yo la tengo aquí. ¿Sus amigos la tienen allá?”, insiste. Y cuando del otro lado le dan el “sí”, remata: “Bueno, ahí está. Se junta el hambre con la necesidad”. Así empezó la trama. Ahora volverá a la Argentina, extraditado.